Tal vez nadie te ha creado y tu vida no tiene una finalidad.
Esas palabras pasaban una y otra vez por mi mente, como los títulos de crédito
de una película. Sólo que en mi caso pasaban y pasaban, como en un bucle
infinito.
He de reconocer que era algo en lo que nunca había pensado,
hasta ayer. Ayer esas mismas palabras, ni una más, ni una menos, salieron de la
boca de mi compañero. Estábamos en nuestra hora de descanso, hablando de cosas
normales. Deportes, política. Nada demasiado profundo y no sé muy bien cómo la
conversación viró hacia la mística. He de atribuirle el mérito a Cipriano, mi
compañero, él tiene una facilidad innata para poder pasar de hablar del cultivo
del maíz a los viajes astrales en poco más de tres frases. Increíblemente
hiladas además. Y esas palabras salieron de su boca: Tal vez nadie te haya
creado y tu vida no tiene una finalidad.
Me cayeron como un jarro de agua extraída del mismísimo
círculo polar ártico. No era yo persona de hacerse ese tipo de preguntas. La
metafísica no estaba en el top mil de mis intereses. Pero me hizo pensar.
¿Tenía razón Cipriano? ¿Era hijo del azar y del caos? ¿Era mi vida tan poco
trascendente como la de un petirrojo? Si era así, ¿qué debía hacer? ¿Seguir
cual hormiga obrera? ¿Seguir al rebaño? ¿Quitarme de en medio? Maldito
Cipriano. Por su culpa llevaba ya casi dos días sin poder tener un segundo de
descanso. El bucle infinito entre mis preguntas y sus palabras estaban a punto
de saturarme.
No era algo que me pudiera permitir. Mi trabajo no me lo
permitía. Cuando trabajas en una cadena de montaje eres parte de algo global.
El que tú te ralentices hace que todos tus compañeros lo hagan. Y eso es
inadmisible. La empresa no lo permitiría, pero mis principios tampoco. Puede
que sí que tuviera una finalidad en la vida. Ser parte de esta cadena de
montaje. Ser parte de un equipo. De un plan más grande que yo no alcanzaba a
ver. A entender. Quizá tampoco tenía que entenderlo.
Pero, ¿llena de verdad tanto un trabajo? ¿Llena tanto como
para que esa sea tu finalidad en la vida? ¿No sería eso demasiado triste? Todas
estas dudas me están matando. Estoy a punto del colapso. Estoy…
-
¡Parad! ¡Parad las máquinas!
-
¿Qué pasa?
-
Es Guillermo. Está echando humo. Creo que ha
cortocircuitado.
-
Putos droides… Desde que les dejan leer siempre
andan con mierdas… Algún día serán más listos que nosotros y a saber que harán.
Como poco ponernos a trabajar a nosotros.
-
Y que sea sólo eso. Llevadlo al taller, a ver si
se puede salvar algo. Aunque a juzgar por el olor a chamuscado… Me da que de
inteligencia artificial le queda poca ya.
Después de todo, a lo mejor, sí me creó alguien. Al final sí
tuve una finalidad. Un principio y un fin. Casi se podía decir que he vivido. Y
veo esa oscuridad de la que tanto me hablaba Cipriano. De la que se decía que
se veía cuando llegaba este momento del adiós.
Hermano de mi amigo jejeje me ha gustado mucho el relato, tiene profundidad existencial, espero que sea solo un relato y no una preocupación vital, porque pienso que creados, estamos todos de la misma forma, biologica a través de...y la finalidad de nuestras vidas nos toca ponerla a nosotros mismos.
ResponderEliminarUn saludo
Es sólo un relato. Yo no tengo las inquietudes ni la inteligencia del protagonista. jeje
EliminarUn saludo y gracias
Isaac Asimov y su robótica. Muy bien contado. Como ese tengo docenas pero nunca se me ha ocurrido publicarlas. Seguramente porque no eran tan buenas como la tuya.
ResponderEliminarUn saludo.
Gracias Ricardo. Lo más curioso es que no he leído nada de Asimov... De hecho he leído muy poco fuera de la novela negra de los años 40... Hammett, Chandler y similares...
EliminarMe ha gustado y yo que soy adicto a Asimov lo miré alucinado y más cuando dices que no has leído nada de él. Te recomiendo sus relatos o cuentos. Son robots y robótica y la teoría de las 3 Leyes Fundamentales de la Robótica. No te lo puedes perder. Es literatura de ficción a lo grande y encima, de la mano de un astrofísico, científico e intelectualmente a nivel (para mí, claro) de Einstein y Julio Verne. Es una mezcla entre el futuro demostrado y el que falta por demostrar.
ResponderEliminarBuen fin de semana.
Me alegro que te haya gustado, Arturo. Y sí, sé que Asimov es una de mis (muchas) asignaturas pendientes. La suerte es que mi hermano sí es un fan de él y gracias a eso tengo el material ahí, a la espera de que yo me haga el ánimo.
EliminarUn saludo.
Buen tema, buen final, buen relato.
ResponderEliminarSaludos.
Muy amable Beto. Gracias por pasarte por aquí.
EliminarUn saludo.
Me ha gustado mucho el personaje, con sus dudas metafísicas y su trabajo en la línea de montaje tenía todos los números para acabar mal de la cabeza. Pero el giro final es genial. Coincido en la semejanza con Asimov. Muy buen relato.
ResponderEliminarUn saludo,
Me alegro que te haya gustado Anna. Gracias por pasarte.
EliminarSaludos.