sábado, 28 de diciembre de 2013

En la carretera (5): Un Tunel Llamado Vida

El camino hasta ahora... (1), (2), (3) y (4).




                                               I


- No puede ser cierto.
- ¿Te he mentido alguna vez?
- No...
- No, claro que no, bien lo sabe Dios que no.
- Pero... Ella no me haría algo así.
- Sí señor, vaya que si lo haría.
- ¿Cómo puedes estar tan seguro?
- La he vigilado.
- ¿Qué has hecho qué?
- La he vigilado por ti. Porque somos amigos, bien lo sabe Dios que sí. Porque te quiero, te aprecio y me preocupo por ti, vaya que sí.
- Supongo que entonces debería estarte agradecido...
- Sí señor, es lo que deberías hacer. No hay mucha gente que se preocupe por ti como yo, bien lo sabe Dios que no, ni siquiera ella, no señor, ni siquiera ella lo hace.
- Pero es que, me cuesta creerlo...
- Por eso estoy yo aquí, contigo, para mostrarte las cosas como son. Para abrirte los ojos. Para que encuentres el camino que Él te ha marcado. Soy tu guía, tu luz en este túnel llamado Vida, bien lo sabe Dios que sí.
- Eso es cierto, eres mi mejor amigo. Confío en ti como no he confiado en nadie nunca.
- Sí señor, eso es lo que haces. Y Él y yo lo sabemos valorar. Por eso te he traído estas fotos que prueban mis palabras, vaya si las prueban.
- Pero... Pero... ¡Eres un grandísimo hijo de puta!
- No señor, no es lo que soy. Soy tu amigo.
- ¿Mi amigo? ¿Y me traes unas fotos tuyas fornicando con mi mujer? ¿Y aún te haces llamar mi amigo?
- Porque lo soy, bien lo sabe Dios que sí. Lo que he hecho, lo he hecho por ti.
- ¿Por mí? Maldito cabrón.
- Sí señor, por ti. No he hecho nada que no hayan hecho otros que ni siquiera son amigos tuyos, no señor, no lo son. Yo sí lo soy, por eso te lo muestro, quiero que sepas qué clase de mujer te besa antes de irte a dormir. O peor aún, con esa sucia boca, con más transito que un motel de carretera, con esa boca Fred, besa a tus hijos, vaya si lo hace.
- Pero...
- Nada de peros, Fred, esa es la clase de esposa que tienes, vaya que sí. Esa es la madre de los que tú llamas tus hijos, sólo Dios sabe de quién serán.
- Pero... ¿Por qué? ¿Por qué a mí? Yo me mato a trabajar por ella, ¿cómo me hace esto? No me lo merezco...
- No. No te lo mereces, bien lo sabe Dios que no. Por eso estoy yo aquí, contigo, para mostrarte el camino correcto.
- Para mostrarme que mi vida es una mierda.
- No digas eso, no señor, no lo hagas. Ya hemos hablado mucho de ello, sabes que hay otro camino: El Camino. Y Dios te lo ha puesto en bandeja, sí señor, vaya si lo ha hecho. Tú sólo debes adentrarte en él para conseguir una vida como mereces.
- No estoy seguro... ¿No lo podría arreglar de otro modo?
- Mira las fotos y contesta tú mismo a tu pregunta.
- No, supongo que no lo hay...
- No señor, no lo hay.
- Está bien, haré lo que dices.
- No señor, no soy yo el que lo digo, lo dice Él.
- Pues haré lo que Él dice, si así lo quiere.
- Sí señor, vaya si lo harás, bien lo sabe Dios que sí.




                                               II


- ¿Qué Fred ha hecho qué?
- Se ha marchado, vaya que sí.
- ¿Cómo que se ha marchado? ¿A dónde se ha marchado?
- Ha tomado El Camino. Se ha marchado a disfrutar de una vida mejor.
- ¿Me ha abandonado?
- No señor, no es lo que ha hecho.
- ¿No?
- No. Él no te ha abandonado, fuiste tú la que le obligaste a hacerlo, bien lo sabe Dios que sí.
- ¿Yo? ¿No serías tú?
- No. Yo sólo le he mostrado El Camino, vaya que sí, como a ti.
- Vaya mierda de camino es ese.
- No hables así, no señor, no lo hagas. Es el Camino que Él os tiene preparado. No debes hablar así de Su Voluntad.
- Pero... ¿Por qué? ¿Por qué se ha ido? Tenía mujer e hijos.
- Sí señor, eso lo tenía. Pero, ¿qué clase de mujer y los hijos de quién?
- Serás... No le hablarías de lo nuestro, ¿verdad?
- Sí señor, vaya si lo hice.
- ¡Grandísimo hijo de puta!
- Eso mismo me dijo él, bien lo sabe Dios que sí. Pero entro en razón, vaya si lo hizo, y se dio cuenta de que lo hice por su bien, por nuestra amistad.
- ¿Te acostaste conmigo por él?
- Mejor conmigo que con otro, vaya que sí.
- Eres asqueroso.
- No señor, no es lo que soy. No te oía decir eso mientras retozabas como una perra en la cama, vaya que no. Yo soy vuestro amigo, eso es lo que soy, por eso trato de que seáis más felices.
- ¿Más felices?
- Sí, más felices. ¿Quién era el que estaba aquí, escuchando tus penas? ¿Quién el que te consolaba? ¿Tu marido o yo?
- Tú...
- Yo, sí señor, bien lo sabe Dios que sí. ¿Y él que hacía mientras?
- Trabajar...
- Trabajar, sí señor, es lo que hacía. ¿Y se molestaba en saber de ti cuando volvía a casa?
- No...
- No señor, no lo hacía. Sólo trabajaba y trabajaba, no se preocupaba por ti, bien lo sabe Dios que no. No te mostraba amor ni respeto, no señor, no lo hacía.
- No...
- No, claro que no. ¿Y ahora que ha hecho?
- Marcharse...
- Sí señor, marcharse. Te ha abandonado por ser una golfa.
- Pero, yo le quería...
- Sí señor, vaya que sí. Por eso te acostabas con cualquiera, porque le querías, bien lo sabe Dios que sí. Por eso se ha marchado.
- ¿Y que voy a hacer yo ahora? No podré sacar todo adelante sin él.
- Él ya no está. Tomó su camino sin preocuparse por ti ni por los niños, vaya si lo hizo. Ahora tú debes tomar tu propio camino.
- ¿Mi camino?
- El que Él te ha marcado. Debes romper con todo, ¿o acaso estás feliz con esta vida que te ha dejado Fred?
- La verdad...
- La verdad es que no. No puedes estarlo, todo el pueblo sabe lo golfa que eres, lo mala madre y mala esposa. Nadie te quiere aquí ya, bien lo sabe Dios que no.
- No estoy segura...
- Para eso estoy yo aquí, vaya que sí. Para hacer crecer la seguridad en ti. Para abrirte la Puerta. La puerta que se abre frente a tu Camino. El Camino que Él ha preparado para ti sola. No querrás hacerle ese desprecio, ¿verdad?
- No...
- No, claro que no, bien lo sabe Dios que no.


Continúa aquí...


4 comentarios:

  1. Muy bueno, pero se hace casi insufrible el cacareo repetitivo del tipo. Sabemos que es cansino con su Dios y su camino y bla, bla, bla... pero de verdad que abusas porque uno se raya y se desconcentra de la lectura. Cada vez que lo vuelves a leer sales de lo que está contando. Yo los limitaría a unos dos o tres, al principio, y luego solo cuando hable con otra persona.

    Espero con ansia la siguiente entrada.

    Un saludo.

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    1. Sí, en realidad, ese miedo de resultar repetitivo lo tenía, pero me parecía que el personaje lo pedía.

      Gracias por tus consejos amigo!

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  2. El enlace no está bien porque nos lleva al último capítulo que acabas de publicar del caso 1798/02.

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    1. El enlace es correcto, tiene que llevar a ese episodio, Ricardo. Es lioso, lo sé. pero no lo pensé para que fuera leído una vez finalizadas ambas tramas. Siento los inconvenientes.

      Gracias de nuevo!

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