miércoles, 18 de diciembre de 2013

Caso nº 1798/02 (Episodio 5): Cinco Más Cuatro, Nueve

En episodios anteriores... (1), (2), (3), (4).




El pueblo en cuestión era Minkville. Era ese cómo podía haber sido cualquier otro, soy incapaz de distinguirlos a simple vista. Pero era allí dónde nos mudamos Tom y yo, aunque la cosa seguía como si no nos hubiéramos movido de Ashtown. El mismo atolladero con distinto nombre.
Lo que nos encontramos allí era poco más o menos lo que me había ido relatando Tom durante el viaje y que, a su vez, era algo muy similar a lo que teníamos en Ashtown. Nos movimos para estar en el mismo sitio.

- ¿Ninguna relación entre las víctimas? - Odiaba ser repetitivo tanto como odiaba estancarme en una investigación.
- Ninguna. - Contestó el jefe de la policía de Minkville.

Habían sido cinco casos allí. Sin relación entre sí, de distinta edad, clase social... Demasiadas coincidencias para ser casualidad. La única diferencia era el tiempo. En éste había transcurrido casi un mes desde el primer suicidio, en lugar de una semana.
Procedimos a revisar los informes policiales, los informes forenses, las pruebas... Aparente suicidio.

- No puede ser casualidad Tom.- Le dije ya en la habitación del motel.
- Tampoco podían ganar la liga de baseball los Mariners y lo hicieron.
- Cierto, y sacamos una buena pasta de aquello.
- ¿Gracias a quién?
- A ti, Tom, a ti... Pero volvamos al presente. - Fue mi manera de decirle que dejara de tocarme la moral.
- Cómo quieras. Cinco víctimas sin nada sólido que las una, más cuatro del otro pueblo: nueve víctimas. Ese es nuestro presente.
- Vaya mierda de presente.
- Bueno, ya sabes...
- Sí, nos pagan por cosas así. No vas a heredar la Oficina, por mucho que te pongas así.
- Es una mierda de presente, pero es el que tenemos. ¿Qué quieres? No me voy a pegar un tiro.
- El diez es un número bonito... - Tenía que aprovechar estas ocasiones para devolverle sus puñaladas.
- Me gusta más el nueve.
- ¿Qué sabemos del tal Theodore? - Dije mientras leía las declaraciones que nos había facilitado la policía.
- Que trabajaba en el supermercado, repartiendo los pedidos. Tuvo relación con todas las víctimas, así como con la casi totalidad del pueblo.
- Y ha desaparecido.
- Se fue hace más de un mes, sí.
- ¿Más de un mes?
- Sí, cuando el primer suicidio él ya no estaba en el pueblo. No se le puede relacionar, si es lo que estabas pensando.
- Vaya mierda de presente Tom...
- Es el que tenemos. Pero oye, siempre puede ir a peor.
- Así me gusta, que reine el optimismo.
- Es un hecho John, no sería la primera vez.
- Espero que no tengas razón. Quiero salir de aquí cuanto antes. No jodas tú ahora tentando al Diablo y liando más la madeja.
- No, si aún será culpa mía...
- Por si acaso.
- ¿Qué te parece si probamos estas camas de apariencia tan incómoda?
- Me parece lo más sensato que has dicho en mucho tiempo, eso me parece.
- Pues ya que coincidimos en algo, hagámoslo. Y ya veremos lo que nos tiene preparado el Diablo para mañana.
- Tom...
- Vamos, no me irás a ser supersticioso ahora, después de todo lo que hemos visto.
- Olvídame.
- Que descanses cielo.
- Olvídame.


Continúa aquí...

1 comentario:

  1. Hasta aquí he leído hoy y seguiré haciéndolo en cuanto pueda. Ahora voy a escribir.
    Que conste que está muy interesante. Quisiera saber cómo van a asalir de ese lío este par.

    Un saludo.

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