En el capítulo anterior...
No ha pasado ni una semana desde que recibí la carta de la Agencia, en la que decían que estaba preseleccionado, y ya se han vuelto a poner en contacto conmigo. Me han llamado esta mañana temprano. Bueno, temprano para ser domingo, claro. Me han llamado a las doce del mediodía. Y a la una. Y a la una y media. A las dos ya lo he tenido que coger.
No ha pasado ni una semana desde que recibí la carta de la Agencia, en la que decían que estaba preseleccionado, y ya se han vuelto a poner en contacto conmigo. Me han llamado esta mañana temprano. Bueno, temprano para ser domingo, claro. Me han llamado a las doce del mediodía. Y a la una. Y a la una y media. A las dos ya lo he tenido que coger.
–
¿Qué? —Era más un bostezo que una pregunta.
–
¿Alejo Quintanilla Lopete?
–
Depende, ¿quién lo pregunta? —Solía hacer esta
pregunta por si era alguno de mis acreedores. No funcionaba nunca, porque los
que llamaban solían ser más listos que yo y mentían antes de que lo pudiera
hacer yo.
–
Le llamamos de la Agencia. Es por lo del viaje.
–
¿Qué viaje? —Mis neuronas estaban todavía
desperezándose. Escuche un suspiro del otro lado del teléfono. Sería el primero
de muchos.
–
La Agencia Espacial. Por lo de su solicitud para
el viaje. —Escuche farfullar algo sobre mi inteligencia. No me ofendí. No era
la primera vez que lo escuchaba.
–
¡Ah, sí! Perdón, es que estaba… Eh… Estaba con
unos asuntos que me tenían la cabeza en otro sitio. —En la almohada, en
concreto.
–
Le llamamos para pedirle que se presente en
nuestras instalaciones pasado mañana.
Me explicaron que en el aeropuerto de Alicante tendría un
billete a mi nombre. Que a partir de ese instante no me tendría que preocupar
de nada. Ellos se encargarían de recogerme a mi llegada y me llevarían hasta la
base. Allí comenzaría mi entrenamiento, con vistas a poder realizar el lanzamiento
en poco más de dos meses, si finalmente soy yo el elegido.
No entiendo las prisas. Hace unos días no sabían de mi
existencia y ahora ya me quieren enviar de viaje.
Me han comentado también que puedo llevarme lo que quiera,
como equipaje. Tanto para la estancia allí, como para el, hipotético viaje.
Aunque, al parecer, para el viaje ellos me suministrarán todo lo básico.
Pero siguen con el secretismo. No me dicen dónde me van a
mandar. Ni el tiempo que estaré fuera. Así es mucho más difícil hacer el
equipaje. Tanto secreto… Empieza a no darme buenas vibraciones. Lo que parece
seguro es que, si me eligen, viajaré yo solo. En vista de lo cual, si hay algo
seguro, es que me llevaré mi colección de películas porno.
Una primera lista, provisional, sería:
·
Películas porno
·
Películas no porno
·
Libros
·
Discos
·
Una muñeca hinchable
·
Parches
·
Productos de higiene personal
Aunque lo de los libros no lo tengo muy claro. Si no soy muy
de leer ahora, no creo que me vaya a aficionar en el viaje. Ya tendría que
aburrirme mucho para que eso pasara. Además seamos serios, en casa los libros
que hay… No son clásicos de la literatura, para que nos vamos a engañar. Están
allí porque hacen bonito en la estantería. Hay un par de la aventuras de los cinco. Diez
tomos de Mortadelo y Filemón. Y una buena colección de libros de colorear.
Estos los odio a muerte. Me los compré el mes pasado y no consigo rellenar sin
salirme de los bordes… Parece fácil cuando se lo veo hacer a mi sobrino de tres
años, pero no, no lo es. Además, como no tengo color ocre, me toca pintar muy
flojito con el naranja, cuando relleno el cuerpo de una persona. Me desquicia.
Por eso creo que será mejor que me lleve más películas,
aunque sean de las no porno. Las voy a disfrutar más, sobre todo si son las
porno… También tengo dudas sobre los
productos de higiene personal. Porque, a ver, si voy a estar yo solo por ahí…,
qué más da, ¿no? Si llego a saber lo complicado que iba a ser el asunto…
Continúa aquí...
Sigue atrapante ¿en qué viaje terminara el pobre hombre?
ResponderEliminarPoco a poco se irá desvelando, jeje.
EliminarUn saludo!
Jajaja, genial, el nombre y apellidos se los trae, los pensamientos del tipo estupendos
ResponderEliminarMe estoy volviendo un poco friki con los nombres... Pero me hace gracia buscar nombres raros, jeje.
EliminarUn placer que te siga gustando.
Un beso!
La continuación???? Necesito leerla!!!
EliminarEl miercoles o jueves, Marta. Tranquila, que no os dejaré con las ganas!!
Eliminarjeje
Saludos!
Ramón, imaginativa y jocosa. Deseoso estoy de seguir " viaje" con tan peculiar personaje, me recuerda un poco a Ignatius Reilly, el protagonista de La conjura de los necios, la ácida y divertidísima novela de Jonh Kennedy Toole. Si no la has leído te la recomiendo, te lo pasarás de miedo. Necesitamos reír en estos tiempos que corren. Tus texto lo ha logrado conmigo. Felicidades, amigo
ResponderEliminarGracias Ovidio por la comparación. Es un honor que compares un personaje mio con uno de los grandes personajes de la historia.
EliminarMe alegra haberte hecho reir.
Un saludo y gracias de nuevo!
Jajajajaja...
ResponderEliminarYo sigo...
Vamos!!! que tu puedes!!!
Eliminarjajaja
Retomé y sigo!
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