Llevaba un buen rato haciendo ver que leía Rayuela, de
Cortazar (la elección de la obra era mucho más irónica de lo que él habría
sospechado en cien vidas). Nada más lejos de la realidad. Nunca había estado
interesado en la literatura. Lo suyo eran los tebeos de Mortadelo y Filemón o de 13 Rue
del Percebe, en cuanto a producto nacional. En el terreno internacional se
había limitado casi exclusivamente a Asterix. Lo intentó con Mafalada, hasta
que se dio cuenta de que la niña era mucho más inteligente que él.
Sin embargo él quería aparentar. Veía a esa gente que, en
los transportes públicos, iban leyendo libros y él no quería ser menos. Pretendía
causar buena impresión y, por algún extraño motivo, pensó que haciendo ver que
era alguien que no era lo conseguiría. Como si el resto del mundo no fuera
capaz de descubrir su estupidez compartiendo sólo diez minutos con él. Era como
pretender hacer pasar un pony por un unicornio. Pero él era así de simple.
Después de algo más de una hora de espera se abrió la
puerta.
—
¿Señor Marianez Sufuentes? La Maga le recibirá
ahora.
Se puso nervioso. No un poco nervioso. Daba la sensación de
que todos los nervios habían estado agazapados, escondidos entre risas,
esperando para salir todos de golpe. Trató de ponerse en pie. A duras penas lo
consiguió. A un observador ajeno le habría parecido que estaba viendo a un
borracho tratando de recorrer el pasillo de un tren en marcha. No era el caso.
No podía estar más sobrio. Aunque empezaba a pensar que un buen trago ahora,
quizá, le relajaría un poco.
Entró a la habitación de la maga. Ésta, con un gesto, le invitó
a sentarse. Él lo hizo, no sin antes tropezar con la silla, con la mesa y
romper un vaso al tratar de cogerlo al vuelo para que no cayera. La maga lo
miró con desgana y frustración, disimulando, mal, un bufido de desaprobación.
—
¿En qué le puedo ayudar? —Pregunto ella.
—
Vaya maga, si tiene que preguntar… A lo mejor me
he equivocado de sitio… — Contestó él, con toda la inconsciencia de la que era
capaz. Y era mucha.
—
Sé que es lo suficientemente tonto como para
pretender impresionar a gente desconocida con un libro. Que viene a preguntar
si le va a ir bien en el trabajo. —Él la miraba boquiabierto, como un niño en
la cabalgata de Reyes— Si encontrará en breve al amor de su vida. También
quiere saber, aunque eso no lo iba a preguntar por vergüenza, si soy capaz de
darle los números del próximo sorteo de la Loto. Y otra consulta curiosa, si le
puedo decir si su equipo de fútbol ganará este año, por fin, la liga. ¿Ve ahora
que mi pregunta era retórica?
—
¿Que era qué? —La maga volvió a resoplar, al
tiempo que ponía los ojos en blanco— Bueno, es igual, ¿puede contestar a esas
preguntas?
—
Puedo. —La Maga hizo una pausa dramática.
—
¿Y lo va a hacer? —Él no entendía de pausas
dramáticas. De hecho no habría entendido la frase.
—
No creo que quiera saber las respuestas.
—
¿Tan malas son?
—
Nunca hay una mala respuesta, sólo hay preguntas
mal planteadas.
—
¿Y cuál planteé yo mal?
—
Ninguna.
—
¿Entonces?
—
Es la que no planteó
—
Bueno… A decir verdad, maga, y no es por hacerme
el listo… —La maga le miró con una mirada que decía bien a las claras “ni si naces cien veces serías capaz de
hacerte el listo”— Pero las preguntas las ha planteado usted.
—
Sí… —Dijo ella con toda la calma que pudo
reunir— Pero la importante no la traía usted en mente.
—
¿Y cuál es?
—
La pregunta sería: ¿viviré para poder hacer
todas estas cosas?
—
Y la respuesta es…
—
No. —Dijo con rotundidad.
—
¿Cómo lo sabe?
—
Soy maga, ¿recuerda?
—
Ah… Y cuanto me queda.
La maga miró su reloj.
—
Menos veintidós minutos.
—
¿Perdón?
—
Que hace veintidós minutos que ya no está vivo.
—
Pero estamos hablando… —Dijo él, a modo de tabla
de salvación.
—
Soy maga…
—
Sí, ya, lo recuerdo…
—
Pues eso. Ha muerto del golpe contra el suelo,
cuando ha hecho su entrada triunfal.
—
No puede ser… —Apenas acabando la frase vio su imagen en un espejo, y como ésta iba
desvaneciéndose. Su cuerpo, inerte, en el suelo fue otra buena pista— Esto no
puede estar pasándome a mí…
—
Podría ser peor.
—
¿Cómo es eso?
—
Además del inconveniente de tener un cadáver en
el suelo y tener que llamar a la policía y demás. Yo no voy a cobrarle la
consulta, y con la crisis… No estamos como para trabajar gratis.
—
¿Y eso es peor que morirse?
—
Bueno, usted ya no tiene que pagar facturas… Yo
sí.
—
Visto así…
—
Bueno, si no le importa, tengo que avisar para
que vengan a recogerle. Y tengo otro cliente esperando.
—
Ah, perdone importunarle con mi muerte y hacerle
perder tiempo… —Dijo con todo el sarcasmo del que es capaz un espíritu.
—
Sí, sí… Lo que quiera, vaya hacia la luz y
déjeme en paz.
—
¿Qué luz? Ah… ¿Abuela? ¿Eres tú?
—
Sí, hijo, soy yo. Estas muy delgado, ¿ya comes
bien?
—
¡Abuela! ¡Que estoy muerto!
—
No me extraña, con lo poco que comes… —Las voces
sonaban cada vez más lejanas.
Inpiración/reto/idea Lucía Sugar
Eres increíble!!! Qué risas y que bueno. Cómo me ha gustado. Me ha levantado el ánimo nada más leerlo.
ResponderEliminarEl reto lo has superado con creces.
Muchas gracias por compartir, Ramón.
Un saludo.
PD. Yo espero que sigas leyendo mi novela por entregas, jajajajaja...
Llamame increíble, llámame osado, llámame sin criterio o que me gusta meterme en líos, jajaja.
EliminarMe alegra que te haya hecho levantar el ánimo. Es del tipo de halago que más gusta. :)
Gracias a ti por tus amables palabrás, Ricardo.
Saludos
PD. ¡Por supuesto que sí! Me tiene en ascuas...
¡Qué bueno! La verdad es que esta vez no me resultaba tan claro como el relato anterior, cuando habló de la pregunta que no había formulado ni se me pasó lo de estar ya muerto jaja. Y el final con la abuela monísimo, me ha encantado.
ResponderEliminarGracias Gema. Quizá en este he sabido esconder mejor mis cartas, jeje.
EliminarTambién es cierto que en este no estaba limitado en cuanto a un tope de palabras, y eso a veces ayuda.
Muy amables tus palabras y agradecido por la visita!
Feliz de que a ti que eres la "culpable/inspiradora" te haya gustado y te haya sacado una sonrisa. :)
ResponderEliminarEl personaje, es un "personaje" el pobre... jaja
Agradecido por haber sacado nota en el reto :)
Saludos!!
Me has arrancado una sonrisa (te puedo asegurar que en mi estado ya es un éxito increíble). Muy bueno, me encantó tu modo tan liviano y divertido de cumplir con este reto de las tres palabras. FELICIDADES!!
ResponderEliminarEso me hace muy feliz, sobre todo si estás regular. Un placer haberte hecho sonreir un ratillo.
EliminarMuchas gracias, Frank y, repito, un placer el haber hecho que tu humor cambiara aunque fuera un poco.
Saludos!
Bueno, este tampoco es para niños. Jajajaja... No, en serio: me ha encantado!!!! Me gusta mucho cómo escribes: me gusta cómo usas el lenguaje, tu expresión, tus juegos de palabras, tus retos, y esta vez me ha encantado tu sentido del humor! Sigue escribiendo y gracias por compartir tus relatos. ;)
ResponderEliminarNo, los mios no son muy para niños la verdad... jaja
EliminarPero este es más ligero, mas humoristico, un poco más apto, ¿no? :)
Encantado de que te guste mi manera de escribir, hago lo que puedo, jeje
Gracias a ti por tomar tiempo para leerme. Un placer compartir.
Saludos!
He llegado al blog por casualidad, y me ha encantado tu entrada! Ha sido muy divertido leerlo! :)
ResponderEliminarPues sé bienvenida siempre que te apetezca, Araceli. :)
EliminarMe alegra el que te haya gustado y te haya divertido. Siempre está bien desperta cualquier tipo de emoción o sentimiento en el lector.
Un saludo y vuelve cuando quieras!
Me encanta el cinismo, los dobles sentidos, lo patético risible, en fin, divertido, entretenido y con un punto de mala leche.
ResponderEliminarGracias, Marco Antón, me gusta darle caña a los personajes a veces. Y hacerlos un poco patéticos también, jeje.
EliminarAgradecido por la visita y por tus palabras.
Saludos!
Genial, sin duda. Está claro que los puntos de vista no son nunca fijos ni inamovibles, muy refrescante. Un saludo.
ResponderEliminarCierto, José, muchas veces no vemos (o no queremos ver) lo que para los demás resulta más que obvio.
EliminarSaludos y gracias por la visita y tus palabras.
Muy bueno! Mi hija me pregunta que de que me río! Me ha gustado mucho, las cosas naturales tratadas así, con simpleza son mejores
ResponderEliminarGracias Marta. Dile a tu hija que es que hay mucho descerbrado por ahí con acceso a escribir blogs... jajaja
EliminarSembla que et funciona molt bé escriure sota pressió. Cada dia que passa et superes amb diferència. Enhorabona amic.
ResponderEliminarQuè tal un taller de com escriure així?
Eso parece, Eva, pero es más por inconsciencia que por otra cosa, jajaja
EliminarMe alegra que pienses que me supero :)
Gracias por la visita y tus palabras!
Me ha gustado mucho y mira que Cortázar para mí es uno de los grandes...me quedo con : "Nunca hay una mala respuesta, sólo hay preguntas mal planteadas".
ResponderEliminarCada vez eres más tú en lo que escribes Me alegro de que escribas.Me alegro de que cada vez lo hagas mejor.
Besos pucelanos ;)
Moni
Muchas gracias apañera!!! No pretendía "entrometerme" con Cortázar al que (como muuuuuuuuchos otros) no he tenido el gusto de leer. Me he limitado a usar las 3 palabras con las que me retaron y hacer una historiera lo más maja posible.
EliminarMe halagan mucho tus palabras, porque tu (pobre de ti) me llevas leyendo (soportando) mucho tiempo, así que si tu ves mejoría me encanta.
Un beso!
Sutil, claro, buenos personajes (menudo tontaina), transiciones creíbles y en el momento justo... Muy original, Ramón, saludos.
ResponderEliminarMe gustan mucho tus comentarios, Esther, creo que aprendo de mi mismo leyendote. Gracias.
EliminarUn saludo!
¡Me encanto! Me ha hecho pasar un buen rato.
ResponderEliminarDivertido, dinámico, ligero y ocurrente. En apenas unas líneas construyes unos personajes muy interesantes con un giro inesperado. Me ha encantado, Ramón.
ResponderEliminarPor cierto, y a lo mejor me equivoco mucho, pero algo me dice que eres del Atléti.