En episodios anteriores... 70 días, 65 días, 60 días...
Cada día que pasa tengo más sospechas de que soy el único
pardillo que se presentó voluntario para este viaje. Mis sospechas se
fundamentan en que, de todas las pruebas físicas y mentales que me están
haciendo, no he sido capaz de pasar ninguna. Ni las analíticas tampoco han
estado de mi parte. La ciencia ha conseguido demostrar, tras varias pruebas, lo
que todas mis exnovias vieron en un par de días, que soy una piltrafa humana.
Por ejemplo, el otro día me hicieron subir a una cinta de
esas de cardio. Me pusieron unos sensores en el pecho y demás, para controlar
mis pulsaciones y toda la parafernalia. Lo mejor de esa experiencia fue que
vomité, con eso lo digo todo. Pero vomité nada más subir a la cinta. Sin
siquiera ponerla en marcha. Yo ya les había avisado de que tengo vértigo, pero
ellos no me hicieron caso, argumentando que sólo eran unos centímetros. No
entiendo el alboroto posterior. Si la máquina se echó a perder por un simple
vómito no sería de tan buena calidad.
Asombrosamente, a pesar de eso, sigo dentro del proyecto. De
ahí mis sospechas.
Lo último que me han comunicado es que van a someterme a un
tratamiento. A una especie de arreglo quirúrgico, con el fin de tratar de
ralentizar mi envejecimiento y, si sale bien el asunto, frenarlo del todo. Yo
he preguntado si había algún riesgo, y ellos me han dicho que no. Sinceramente,
no me ha parecido que me dijeran la verdad. Lo que me hace dudar son las risas
mal disimuladas con las que me contestaron. Pero bueno, lo mismo consiguen
hacer de mi algo de provecho después de todo…
De todos modos estoy bastante acojonado. A mí el tema
quirófanos me da mucho miedo, llamadme gallina. De hecho todo lo relacionado
con agujas y objetos punzantes o afilados me da repelús. Y ellos lo saben, ya
me han visto llorar todas las veces que me han sacado sangre. Eso sí, han sido
siempre muy amables al ponerme tiritas del pato Donald, uno de mis ídolos.
Aunque me da la sensación de que ellos lo han hecho a modo de burla, pero no se
lo tendré en cuenta.
Que no se me olvide comentarles si, ya que entro en
quirófano, me pueden operar mi fimosis, que debido a mi pánico a los objetos
afilados no me han operado todavía… Aunque por otro lado, para lo que la voy a
usar a partir de ahora… Y tampoco sé si confiarles esa tarea a ellos, el otro
día me dijo un doctor que sólo de verme le provocaba urticaria, y yo no quiero
que me contagien nada raro por un quíteme allá esas pajas (o en este caso póngame)…
Continúa aquí...
Jajajaja, Ramón, amigo, eres muy grande. Esto no decae ni medio milímetro. Un abrazo.
ResponderEliminarBueno, muchas gracias Ovidio. Es bueno saber que, de momento, no decae la historia.
EliminarMe alegra que siga siendo de tu agrado.
Un saludo y gracias por pasarte y comentar.
Jajajaj, cada vez mejor
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta. No sabes cuanto anima saber que Alejo sigue teniendo sus fans, jejeje
EliminarUn beso!
Alejo me recuerda en ciertos aspectos a alguien, jajaj.
Eliminar¿A quién?
EliminarNo sé... ;)
Eliminarque buena XD jajajaja, espantaste mi depre.
ResponderEliminarMe alegro mucho, Isabel, es uno de los mejores halagos que se puede hacer a un texto.
EliminarUn saludo y gracias por pasarte y dejar un comentario!
Joroba, Ramón. Me he partido de la risa!!!! jajajajaja... Está tremendo el relato. Te envidio, de forma sana, porque yo soy incapaz de provocar risas o humor y me encanta todo lo relacionado con el buen humor y las risas.
ResponderEliminarSigo...
Gracias por compartir.
Es que yo empecé escribiendo textos de humor. Primero en una lista de correo (allá por el pleistoceno) y luego en una web (difunta ya) que compartía con dos amigos (www.niputagracia,com se llamaba). Ahora bien, no me preguntes cómo pasé de hacer reír a los relatos de intriga y/o miedito (un género que yo no suelo leer, o ver en películas o cine porque soy lo más gallina que puede haber...)
ResponderEliminarGracias a ti siempre.
Oh jaja pobre qué mal lo pasa! jaaj
ResponderEliminarSeguimos, vamos que llego!
Qué buenísimo capítulo... joder, me he partido de risa (menos mal del comentario en el Facebook por el capítulo último que sino me lo pierdo). ¡Eres tremendo amigo Ramón!
ResponderEliminarOtra vez vuelto a leer, se me había olvidado lo de la operación y otra vez deswebado de la risa, jajajajaja... Que bueno, en serio!!!
ResponderEliminarGracias Ramón.