No te enfades —Dijo con cierto miedo
el Libro de José Andrés.
— Uy…
cuando alguien empieza así una conversación… mal asunto… ¿Qué has hecho?
¿Yo? Eh… nada… bueno… eh… He tratado de ponerme en contacto con los
otros libros… Pero nada más… —Dibujó una carita sonriente, tratando de
suavizar la noticia.
— ¿Qué
has hecho qué?
Que he tratado de po…
— Ya,
ya, te he leído.
Pues eso… —Escribió, casi seguro
de que acto seguido le podía caer una buena bronca.
— Estoy
esperando a que te expliques…
Ah… Vale… Ejem… Verás, la idea me vino por lo extraño de esta
situación… Si ya era prácticamente imposible que “apareciera” otro grupo… El que llegáramos a tres era
inconcebible desde el punto de vista… —Miró a José Andrés, entendió que no
estaba para zarandajas. — En definitiva,
ese fue el motivo por el que traté de ponerme en contacto con ellos.
— Y…
Pude hablar con ellos. Y los dos estaban igual de sorprendidos como yo.
Así que decidimos… Eh… No sé si decírtelo…
— Si
hombre, dímelo. Total, ¿qué te puede pasar en este piélago? Como mucho que te lance al fondo del Atlántico.
Bueno, con respecto a eso… Mejor no te asomes todavía al óculo.
— ¿Al
qué?
A la ventanita del barco…
Fue exactamente eso lo que acto
seguido fue a hacer José Andrés. Lo que vio no fue la inmensidad del océano, al
contrario, vio el puerto, a varios de los muchachos jugando con una pelota, a
otro paseando con una motocicleta,
incluso alguna parejita haciendo algo más… erótico-festivo.
— ¿Qué
ha pasado? ¿Hemos llegado ya a la otra costa?
No… No, exactamente… —La mirada del mesías le hizo que continuara
sin pausas innecesarias— En realidad no estamos
de nuevo en la península.
— Cómo
no vamos a haber salido de la península. Recuerdo perfectamente que ayer,
cuando me fui a la cama, estábamos a dos días de… ¿Qué has hecho?
¿Yo? Nada… Nada… Entró una de las muchachas, Natalia, la hermanita de Braulio… —Otra vez la
mirada le dio a entender que quería la explicación a párrafo corto— ejem… pues ella. Vino a ver si querías algo, y vio que yo estaba en
el suelo, junto a la entrada. Al
recogerme aproveché para darle una pequeña indicación… Y… Bueno…
— ¿Has
hecho que el barco volviera a Coruña?
En realidad he hecho que nunca haya partido…
Hubo un silencio. Uno de esos largos.
Muy largos. Uno de esos a los que sólo le habría faltado que el viento entrara silbando,
con ese sonido fantasmagórico tan
característico, por la rendija de una ventana mal cerrada para hacer aquel
momento más terrorífico para el Libro.
+++++++
Mientras tanto en Montana.
¿Cómo ha podido pasar?
—El libro sonaba regio, como habría sonado un gran general del Imperio Romano.
—
Bueno… Verá… Eso no lo sabemos todavía
—Argumentaba entre balbuceos su interlocutor— Pero estamos trabajando en ello…
Está visto que si os
dejo un poco, sólo un poco, con la correa floja… Voy a tener que daros las órdenes
sin ningún tipo de posible interpretación, ¿no es eso?
—
Esto… Ejem…
No hace falta que
contestes. Era una pregunta retórica. Así que ahora, la situación es que, los
tres grupos han vuelto a sus lugares de origen. Sin saber cómo ni porqué. Sin
saber si conocer nuestro plan ya o si sólo sospechan.
—
Sí…
¡No he acabado!
El lector parecía menguar por momentos.
Si saben nuestro plan…
O si no lo saben, pero comienzan a deducirlo… No podemos permitirlo. ¡Es
inadmisible! Panda de inútiles…
*******
—
¿Quieres decirme por qué no debo quemarte? Porque
por lo que sabemos… has conseguido condenar a nuestro grupo a una muerte
segura.
No.
—
¿No?
No. Todos los grupos han vuelto a sus lugares de origen.
—
Ah, claro, porque es muy inteligente confiar en gente
que se está jugando la vida contigo.
No. Estuvimos
hablando. Razonando. Buscando posibilidades… Y al final dedujimos que siempre
fuimos tres grupos. Desde el principio. Y que seguramente el viaje a Chichén
Itzá era una trampa.
—
¿Una trampa? ¿De quién?
Creemos que de un
cuarto Libro.
—
¿Un cuarto libro? ¿Cuántos más van a aparecer?
¿Infinitos?
No lo sabemos. Creemos
que no. Que aquel libro… Podría ser… EL LIBRO.
Hubo otro silencio. De ese tipo de silencios en los que
sabes que es mejor no seguir con la conversación. De ese tipo de silencios en
los que el escalofrío que te recorre la espalda es una buena señal para no
preguntar nada. José Andrés hizo caso omiso de esa señal.
—
¿Qué LIBRO?
El que ha hecho del
mundo lo que es ahora… El del Apocalipsis…
Continúa aquí...
+++++++
Una vez más, en esta entrada, unos amigos han tenido a bien colaborar sugiriendo 3 palabras cada uno. Os animo a que sigáis haciéndolo, si así lo creéis conveniente.
Mary: hermanita, fantasmagórico,
erótico
Sandra: romano, motocicleta
y....piélago
Ricardo: entrada, seguro y miedo
Uy,uy, uy, yu yuy... como se está complicando la cosa ¿un cuarto libro? y, encima... ¿el del apocalípsis? ¡Madre la que se va a liar! Ja,ja,ja,ja,ja,ja
ResponderEliminarSe puede liar parda, sí... jejeje
EliminarY espera que no salga algún libro más (que dije que no, pero yo soy muy veleta... jajaja)
Un saludo amigo!
Bien, seguimos llenando el mundo de libros!! Se reproducen!! Eso es fantástico!! Gracias por seguir!! Ah, y si las musas deciden volver a pasar de ti, me avisas y buscamos a ver dónde andan!! Igual andan haciendo algo "erótico-festivo" con mis musos, pues últimamente ando de nuevo "de sequía". Esta semana no te voy a enviar palabras, no te enfades. Tengo que recuperar el humor, las ganas,... (y los musos...) o "desapareceré"...
ResponderEliminarUn beso.
Gracias a ti por tu fidelidad!! Me aelgra ver que te sigue gustando como se va desarrolalando la historia. :-)
EliminarEsperemos que ni los musos ni las musas se vuelvan a ir de vacaciones ;-)
Y para nada puedes desaparecer!!! Ni se te ocurra!!!
Besos amiga Mary!
Concepto interesante, Gracias por compartir
ResponderEliminarGracias a ti, Cindy, muya amable.
EliminarPues yo voy al revés de lo que dijeron mis compañeros, empiezo a ver una posible resolución con este cuarto libro conspirador XD. Muy bien situadas las palabras. Seguiré atenta a las aventuras del amigo José Andrés.
ResponderEliminarPues si tu la ves... dímelea y tal.... XD
EliminarY José Andrés (y demás troupe) estarán contentos de tus visitas.
Un saludo!
Muy bueno!
ResponderEliminarMuchas gracias, Roberto.
EliminarUn saludo!
Parece que todos los libros tienen un punto en común, poner nerviosos a sus lectores, jejeje!! Aunque EL LIBRO, tiene un carácter más malhumorado que el resto, ese no me cae bien, jejeje!! Aquí te dejo mis palabras para continuar la siguiente historia: resultado, ambiguo y saltarín
ResponderEliminarUn saludo!!!
Sí, son un poco toca... ejem... jejeje
EliminarA mi tampoco me cae bien ese, veremos que le pasa o que hace que pase... :-)
Anoto tus palabras, muchas gracias por dejarlas.
Saludos!
Es impresionante lo bien que se te da este tipo de relatos. Yo me hubiera plantado en el capítulo 2, sin musas ni inspiración, y además añades palabras para meter... Fantástico.
ResponderEliminarSe hace lo que se puede, mi querida amiga... También es que tu me lees con buenos ojos, jeje
EliminarHe de reconocer que es divertido esto de los retos, de incluir palabras, frases, etc... o al menos a mi me lo parecen :-)
Un besico!
Hola Ramón.
ResponderEliminarInteresante propuesta.
Logras captar la atención del lector.
Me gustó. Sigo con la segunda parte.
Felicitaciones.
Ainss, me había perdido muchos y cada vez se complica mas, un beso
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