Ya voy conociendo
un poco la nave, aunque aún no la he recorrido toda. No tengo tanto tiempo
libre como creía en un principio. Debo seguir con la preparación física, para
lo cual me han puesto un gimnasio, que para él lo querría Rocky Balboa. También
sigo con la aclimatación para la ingravidez en un habitáculo especial para
ello, ¡sin agua! Qué alegría me ha dado, porque al final, con las prisas, no me
traje los manguitos... Lo mejor de todo es que tengo televisores en todos los
departamentos de la nave, así algunas cosas van siendo menos aburridas.
Hace tres días ya que se estropearon
los relojes de la nave. Estaba jugando al FIFA y de repente apareció un mensaje
de: “Error grave del sistema. Aceptar”. Acepté, no sin reparos, ni maldiciones
varias, y a partir de ahí se “fueron”
los relojes. Es una putada, porque empiezo a tener desordenes biológicos. Pero
bueno, me tendré que ir acostumbrando poco a poco a hacer las comidas y las
siestas conforme me las vaya dictando el cuerpo. Así y todo, echo de menos
saber la hora de Quintanar de la Orden.
Continúa aquí...
"...para, para, para, para..." Vaja, Alejo. Lo tuyo es un "no parar" ;-)
ResponderEliminarY ¿no tienes comunicación con Tierra? Pregúntales la hora. O mejor: come cuando tengas hambre, duerme cuando tengas sueño, juega cuando estés aburrido... Eso mismo hace mucha gente en nuestro planeta y eso que sí tienen reloj... Besitos.
Jajajaj, no tener hora puede ser un caos para una persona... Aunque basta con mirar por la ventana, ah no, que en el espacio hay siempre oscuridad. Que pregunte... O que haga lo que va a hacer al final, dormir cuando tenga sueño, comer cuando tenga hambre...
ResponderEliminarMe ha encantado, pero nos das tan poco de estas minidosis de humor... ainsss... ¡¡¡QUEREMOS MÁS!!!
ResponderEliminarSigo....!!!!
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