La historia comenzó aquí...
Camino de Marte que voy, poca broma. Quién me lo iba a
decir a mi. Recuerdo que, cuando era pequeño, hacían un programa en la TV que
se llamaba Crónicas Marcianas. Así que estoy emocionado, podré ver, aunque sea
desde aquí arriba, los estudios de televisión. Empiezo a tener
ilusión por el viaje otra vez. Llevaba unos días muy malos, entre lo de los
relojes y mi dieta... Qué mala idea fue comerme parte del libro de recetas,
ahora sólo puedo hacerme postres y cremas, y la verdad empiezo a estar un poco
harto. Echo de menos los muslos y las pechugas..., incluso los de ave.
Hay algo que me está empezando a
sacar de quicio. Es una especie de fenómenos extraños. Hay un orden
inexplicable en la nave. Y mira que yo lo voy dejando todo como el caballo de
Atila. Pues aún así a la mañana siguiente esta todo en su sitio. ¡Hasta la cama
la tengo hecha por las noches! Cómo no lo pasé mal con la mierda de las
voces... Sólo me faltaba un duendecillo invisible... ¡y ordenado!
Continúa aquí...
Alejo, cariño!! Te echábamos de menos!! y tú tranquilo!! Ramón no se atreverá a "liártela" o se las verá conmigo!!!!! Besitos!!
ResponderEliminarBesos Ramón
Pobre Alejo, él se sentirá mal, pero a mi me encantaría tener un duendecillo invisible y ordenado, :)
ResponderEliminarEsos botones que ordenan todo, o duendecillos invisibles también los quiero en mi casa, pero para limpiarla
ResponderEliminarjajajajajajajajajaja.... pero MÁS, gamberro!!!
ResponderEliminarTienes un virus, Ramón que se te ha colado en el blog en el fake del flash player y no me deja ver tus entradas porque me abren ventanas emergentes de publicidad engañosa, maliciosa y llena de virus.
ResponderEliminarTe recomiendo que le pases el antivirus.l Este me lo acabo de comprar, por eso te lo ha detectado.
Un saludo.
Ayy un duendecillo! ajajaj que machaca en el cerebro... ajajj
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