Vale, le llaman el planeta rojo porque es rojo. De color.
Vamos que... Y seguro que se lo puso algún científico de relumbrón, y se quedó
tan pancho el tío. Me lo imagino comentándolo con algún colega de profesión:
— Eh,
tío, ¿y si le llamamos el Planeta Rojo?
— Joder
macho, como se nota que eres el mejor en el tema de planetas, a mi no se me
habría ocurrido...
Que lástima... Encima con lo lejos que estoy no se ve
nada de la superficie, ni los chismes esos esa escacharrados que enviaron los
de la NASA, ni lo de la TV, ni la esfinge de Elvis que dicen que hay... Nada.
Al menos hoy me han aclarado el
motivo de que todo esté tan ordenado. Hay unos androides acompañándome en el
viaje... Y me lo dicen ahora que llevaré lo menos... Bueno, el tiempo que
lleve. Yo que creía que estábamos solos mi muñeca y yo... Ahora me da vergüenza
el pensar que hayan podido oírme jadear los chismes esos...
Continúa aqui...
Jajaja, me encanta la sinplicidad de Alejo.
ResponderEliminarSí, es uno de sus principales encantos, jajaja
EliminarTranquilo Alejo, que los androides no oyen!!! Y es una ventaja que e hagan las labores!
ResponderEliminarBueno, yo creo que vamos bien, no Ramón? Gracias como siempre por compartirlo. Besos.
Yo creo que Alejo no va a poder estar tranquilo en su vida, y eso es mucho decir, jejeje
EliminarSi tu crees que vamos bien es que lo vamos, los lectores siempre tenéis la razon :)
jeje
Saludos y gracias a ti por la visita!
Este Alejo si que no tiene suerte, ¡hasta androides le tocan!!! jajaja
ResponderEliminarjajajajajaja... buenísimo!!!! la esfinge de Elvis... Toma spoiler!!!
ResponderEliminarUn saludo.
Soy Ricardo y no sé por qué no sale mi comentario con mi nombre. Por eso lo repito. Me gusta mucho. Es desternillante... Yo había puesto algo parecido a lo del cuento de El zapatero remendón y sus duendecillos.
ResponderEliminarSaludos, Ramón.
Cada vez me cae mejor Alejo ajajja
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