Para todos los que estéis interesados en jugar en el mes de marzo,
podéis encontrar la frase que obtuvo más votos y, por consiguiente, con la que participaremos en la próxima entrega, al final del texto,
así
como la fecha y unas cuantas frases para que votéis por la que más os
guste para abril.
Os recuerdo que podéis dejar propuestas de frases en los
comentarios. También voy a copiar el código de InLinkz al final de mi entrada por
si a alguien le da algún problema.
En esta ocasión he vuelto a unir los dos juegos en los que suelo participar, en un solo texto.Las palabras del 150 son: cristal, voz y saboreo.
La frase con la que jugamos en el Te Robo esta vez es la siguiente:
Cuando llegamos a la planta baja me dije que era el momento
de intentar escaparme. En el sótano sería demasiado tarde. —Cornell Woolrich
—Del relato: A través del ojo de un muerto.
Llevaba unas ocho horas, aunque el tiempo parecía volar, en
aquella vorágine de tiros y de intentar evitarlos con todos mis sentidos. A mi
me parecía estar costándome más de lo habitual acertar los blancos, lo cual me
estaba sacando de mis casillas. De seguir así, no cabía duda, de que podía
morir o que me tomaran como rehén. Ocurrió lo segundo.
Eran un grupo de unos cinco o seis componentes. Todos ellos
eran muy jóvenes, al menos más que yo. Estábamos en el quinto piso en el
momento en que me rodearon y me tomaron preso. Mientras íbamos bajando por las
escaleras ellos se jactaban de mi derrota, parecían muy seguros de ellos
mismos. El ser parte de un grupo siempre ayuda a la confianza. Y el estar
armado también, sin duda.
Por el camino alguno se animaba aún más y me soltaba algún golpe que yo encajaba de la mejor manera posible, intentando mantener la dignidad, si es que no la había perdido ya al ser apresado por semejantes personajes. Yo, un tipo que había servido en el ejercito del Senado, que había trabajado para la policía de Tecnópolis y de Nueva Chop’D, los dos mejores cuerpos de todo el Sistema Psi Deral, apresado por una pandilla de post adolescentes…
Por el camino alguno se animaba aún más y me soltaba algún golpe que yo encajaba de la mejor manera posible, intentando mantener la dignidad, si es que no la había perdido ya al ser apresado por semejantes personajes. Yo, un tipo que había servido en el ejercito del Senado, que había trabajado para la policía de Tecnópolis y de Nueva Chop’D, los dos mejores cuerpos de todo el Sistema Psi Deral, apresado por una pandilla de post adolescentes…
Cuando llegamos a la planta baja me dije que era el
momento de intentar escaparme. En el sótano sería demasiado tarde. Simulé un
tropezón lo bastante bien como para que los dos que iban tras de mi chocaran
entre ellos y cayeran al suelo. Con un revés a dos manos, digno de entrar en
los libros de deportes, noqueé al que iba a mi derecha. Estas dos maniobras
parecieron desconcertar al grupo, así que aproveché para correr como no había
corrido nunca.
—
¿Ray? ¡Raymond! ¡Contesta! —Mierda, creo que le
hemos perdido a él también.
La voz sonaba
lejana, como a través de un cristal.
De hecho, probablemente fuera así.
—
¿Está muerto? —Esta no era el tipo de pregunta
que a uno le gustaría escuchar sobre su persona.
—
No, aún tiene pulso, pero no reacciona a ningún
estímulo. Parece que le ha pasado lo mismo a que los muchachos.
No eran buenas noticias, aunque no estuviera muerto. Si me
había pasado lo que a los muchachos
quería decir que estaba en coma. Y lo peor es que no había podido descubrir lo
que les había llevado a aquella situación.
Unos días antes me habían contratado los padres de unos
chicos que habían entrado en coma en extrañas circunstancias. Habían acudido a mí
por ese motivo, porque las extrañas
circunstancias eran mi especialidad. Todos los chicos habían sido
encontrados en su cuarto, frente al monitor de la consola y con la misma
pantalla del mismo juego en ella. Era un juego de esos en el que los tiros son
la nota predominante, y en el que los jóvenes se suelen creer héroes de película.
Acepté el caso, sin dudarlo. No estaba la economía como para
hacer ascos. Pero además me podía llevar a mi juventud, cuando yo solía jugar a
juegos similares y, porque no decirlo, se me daban bastante bien.
Así que me dispuse a averiguar si había algún tipo de posesión
demoníaca involucrada, si era cosa de algún espíritu vengativo, o si era algún
tipo de error informático el que llevaba a los que jugaban a caer en las fauces
del coma.
En eso había pasado las últimas horas, pegando tiros,
esquivando balas y cayendo prisionero de un grupo de monigotes hechos de
píxeles, hasta que escuché esas voces poco alentadoras. Sin embargo yo seguía
siendo perseguido por la banda de jovenzuelos, notando los golpes recibidos,
incluso sin mucho esfuerzo saboreo
ese característico gustillo a hierro de la sangre en mi boca. No es que
quisiera dudar de las voces, al contrario, quizá esto era lo que les había
pasado a los otros que estaban en coma. Quizá, de algún modo, el juego los había
abducido. Yo seguía esperando a que
fuera un demonio o un espíritu. Con ellos podía lidiar y, con suerte, poder
sacar a todos de aquella situación, incluido a mí mismo.
Salí del edificio y tras correr un par de manzanas me paré
para recuperar el resuello. No parecía que nadie me persiguiera, pero aun así no
bajé la guardia, no tenía muy claro si mis balas eran eficaces en aquel plano existencial, por así decir. Debía
de trazar un plan para descubrir quién o qué se eran los causantes de aquel
embrollo.
Estaba claro que tenía que encontrar a los muchachos que se
encontraban en la misma situación que yo. Lo malo era que no sabía por dónde
empezar. No conocía casi nada de la ciudad del juego. En las horas y niveles
que había pasado allí no habría recorrido mucho más de tres o cuatro manzanas.
Desconocía si aquello era todo o si era una ciudad de tamaño real. Tampoco sabía si podía pedir ayuda a nadie. ¿Cómo se pide ayuda en una situación así? Continué caminando en lo que yo pensé que sería dirección norte, al tiempo que me cercioraba de que nadie me seguía. Unos doscientos metros más adelante me topé con un muchacho que parecía querer recuperar el resuello, como yo hacía unos minutos.
Desconocía si aquello era todo o si era una ciudad de tamaño real. Tampoco sabía si podía pedir ayuda a nadie. ¿Cómo se pide ayuda en una situación así? Continué caminando en lo que yo pensé que sería dirección norte, al tiempo que me cercioraba de que nadie me seguía. Unos doscientos metros más adelante me topé con un muchacho que parecía querer recuperar el resuello, como yo hacía unos minutos.
—
Hola, ¿te puedo ayudar? —Pregunté
—
Hola… ¿quién eres? —Dijo él, con voz fatigada.
—
Me llamo Raymond, y soy… —Dudé un instante en
decir la verdad o no. Decidí decir una verdad a medias— un friki de los
videojuegos.
—
Yo me llamo Bruce. Bruce Atkinson. —Me sonrió.
Le miré extrañado. Ese nombre me sonaba mucho. Era uno de
los chicos desaparecidos. Le seguí mirando unos instantes sin mediar palabra.
La cara me comenzaba a parecer familiar. Puede que no lo reconociera por estar
metidos en el juego, quizá la resolución de los gráficos no era tan buena como
las fotos que me enseñaron de él.
—
¿Bruce Atkinson? ¿Tus padres se llaman Andrea y
Jason? —Ahora el que me miraba extrañado era él.
—
¿Los… Los conoce?
—
Ajá…
—
Pero… Pero… ¿Cómo es posible?
—
Mucho me temo que yo he caído dentro del juego,
como tú.
—
Entonces… ¿Está aquí para salvarnos?
—
¿Sabes dónde están los demás?
Asintió con la cabeza. Le pedí que me llevara hasta el lugar
donde estaba el resto de los chicos. Por el camino le pregunté si en algún
momento había notado un fuerte olor a azufre o alguna variación de temperatura
sin sentido. Él no sabía que contestar. Quizá los nervios de la situación no le
habían dejado prestar atención a esos detalles, o a lo mejor pensaba que estaba
chalado. Pronto íbamos a salir de dudas los dos.
Conforme caminábamos una extraña sensación comenzó a
recorrerme el cuerpo. No me gustaba. Siempre que notaba esa sensación algo malo
pasaba después. Y me gustaba menos poder notar esa sensación en aquel lugar.
Sin duda yo no apostaría a mi favor.
Nos acercábamos con paso firme al edificio del que, a duras
penas, había podido escapar antes. Una lucecita parecía querer abrirse camino
en mi cerebro. No era una bombilla. Ni siquiera era una vela. Era una tímida
luz, temblorosa, pero con la determinación de hacer llegar su mensaje. La
lucecita se fue convirtiendo en una idea. Trataba de abrirse camino, pero
seguía siendo débil y las demás ideas allí presentes no se lo ponían fácil. Por
fin llegó al mostrador de ideas y se pudo hacer escuchar.
Bruce Atkinson… No era uno más de los chicos… Él había sido el primero en caer en las garras del juego. En transferir su conciencia, por así decir, a aquel universo de unos y ceros… Lo miré de reojo, no quería que sospechara que yo sospechaba de él.
Bruce Atkinson… No era uno más de los chicos… Él había sido el primero en caer en las garras del juego. En transferir su conciencia, por así decir, a aquel universo de unos y ceros… Lo miré de reojo, no quería que sospechara que yo sospechaba de él.
Otro escalofrío me recorrió de arriba abajo. Cada vez estábamos
más cerca del edificio. Podía escuchar al grupo que me había apresado. Si yo los oía Bruce también los debía
escuchar. Sin embargo seguía caminando con paso firme hacia ellos.
—
¿Queda mucho? —Pregunté
—
No. Ya estamos llegando. Es en el siguiente
edificio. —Contestó sin mirarme.
Debían quedar unos cincuenta metros. Tenía que pensar
rápido. Buscar una estrategia. Cada paso tenía más claro que no había nada sobrenatural
en todo aquello. Me paré en seco.
—
¿Qué ocurre? —Dijo Bruce con una expresión de
nada en su rostro.
—
Necesito parar un momento. —Contesté yo.
—
Si ya estamos llegando…
—
No importa. Dame un segundo…
Nos miramos fijamente. Yo también sabía poner cara de nada.
Aguantamos así un buen rato. Fue él quien hizo el primer cambio. Fui yo quien
sacó la primera pistola.
—
¿Qué me ha delatado? —En su cara ahora había
cierta frustración.
—
Tu sinceridad…
—
Debí decirte el nombre de uno de los otros
chicos.
—
Eso parece…
—
¿Y cuál es tu plan? ¿Matarme?
Asentí.
—
Quizá si te mato a ti, que parece ser que eres
el que nos tiene aquí retenidos, los demás quedemos libres.
—
No te va a funcionar. Llevo aquí metido el
tiempo suficiente como para haber desarrollado ciertas facultades.
—
Muy interesante. ¿Una de ellas es correr más que
una bala?
—
No…
—
Vaya, qué pena… —Dije, sin un ápice de verdad en
esas tres palabras.
Amartillé mi pistola con mi mano izquierda. Y antes de que
pudiera apretar el gatillo Bruce hizo un gesto con su mano que mandó mi arma a
la otra acera. Hubo un disparo, una cara de sorpresa y un cuerpo sangrando. Yo
tenía mi otra pistola en mi mano derecha, él tenía la sorpresa en su rostro y
un agujero en el pecho.
No me dio tiempo a poder escucharle, si es que tenía algo
que decir. Su cara se fue difuminando al tiempo que mis ojos se iban abriendo y
que yo iba maldiciendo la luz fluorescente del hospital.
—
¡Señor Hammett! —Dijo una voz en algún lugar— ¿Me
escucha?
—
Lo hago… Lo hago… —Dije a duras penas— Pero haga
el favor de no gritar.
—
Claro, perdone… Soy la enfermera Jackson.
—Sonrió y la luz de su sonrisa era mucho más agradable que la del techo.
—
¿Llevo mucho aquí?
—
Apenas dos días.
Dos días… Y a mí me habían parecido unas pocas horas…
—
¿Sabe algo de los chicos que estaban en coma por
el videojuego? ¿Están en este hospital?
—
Sí, están aquí. Y todos han despertado, menos el
pobre Bruce Atkinson. Aún no sabemos muy bien que es lo que ha pasado.
Esta vez sonreí yo. Aunque era una sonrisa vacía. Como la de
un payaso que está dando su última función y sólo le queda fuerza para quitarse
aquella estúpida mueca dibujada en su cara una última vez. No estaba orgullos
de cómo había acabado el caso. No me gustaba tener que matar a… Bueno… A gente
viva…
+++++++
La próxima entrega será desde las 0:00 del lunes 16 de marzo hasta las 23:59 del viernes 20. La frase propuesta es la
siguiente:
No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me
dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan
su propia evidencia. Pero no estoy loco y sé muy bien que esto no es un sueño.
- De Edgar Allan Poe, El Gato Negro.
+++++++
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Las frases que os propongo (en realidad las propuso el bueno de Ricardo) para elegir son las siguientes:
1.- "Cuando vieron la expresión, primero confundida, luego aliviada, de mi cara, se echaron a reír. " de MOLOBO, de Vidal FS.
2.- "Logré ver el brillo de mis ojos al maquillarme frente al espejo, ahora entendía cuando decían que una mujer después de hacer el amor lucía radiante." de UN NUEVO AMANECER, de Karina Delprato.
3.- "Fue entonces cuando la culebra, apareciendo de improviso desde quién sabe dónde, le inyectó su veneno en la muñeca dejándole dos claros orificios amoratados.", de Entremundos, de Lg Morgan.
4.- "Muertes y desapariciones inexplicables convertían el sitio en un lugar poco apetecible. Decian las malas lenguas que en días lluviosos aquella tierra oscura no llegaba a mojarse, y que los pájaros no sobrevolaban su cielo, dando un rodeo para evitar pasar cerca." de EXTENUACIÓN, de Irene Comendador.
5.- "Entró tambaleante. No estaba seguro de si realmente había bebido tanto como para hallarse tan mareado. Richard se agarró al pasamanos de la escalera y miró hacia arriba. Definitivamente no llegaría allí de no ser a gatas." de EQUILIBRIO, de Karol Scandiu.
1.- "Cuando vieron la expresión, primero confundida, luego aliviada, de mi cara, se echaron a reír. " de MOLOBO, de Vidal FS.
2.- "Logré ver el brillo de mis ojos al maquillarme frente al espejo, ahora entendía cuando decían que una mujer después de hacer el amor lucía radiante." de UN NUEVO AMANECER, de Karina Delprato.
3.- "Fue entonces cuando la culebra, apareciendo de improviso desde quién sabe dónde, le inyectó su veneno en la muñeca dejándole dos claros orificios amoratados.", de Entremundos, de Lg Morgan.
4.- "Muertes y desapariciones inexplicables convertían el sitio en un lugar poco apetecible. Decian las malas lenguas que en días lluviosos aquella tierra oscura no llegaba a mojarse, y que los pájaros no sobrevolaban su cielo, dando un rodeo para evitar pasar cerca." de EXTENUACIÓN, de Irene Comendador.
5.- "Entró tambaleante. No estaba seguro de si realmente había bebido tanto como para hallarse tan mareado. Richard se agarró al pasamanos de la escalera y miró hacia arriba. Definitivamente no llegaría allí de no ser a gatas." de EQUILIBRIO, de Karol Scandiu.
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get the InLinkz code
Madre mía... me dejas ojiplática con tu maña para mezclar retos ;)
ResponderEliminarFeliz semana
Jajajajaja, ¡se hace lo que se puede! :-)
EliminarGracias por la visita.
Saludos!
Fascinante relato amigo, felicidades, eres un crack!
ResponderEliminarMuchas gracias, Frank, eso es porque me lees con buenos ojos... jejeje
EliminarSupongo que tengo mis momentos de lucidez y tal ;-)
Saludos amigo!
Si te decides a escribir o publicar un libro entero aquí tienes una lectora fiel. Perdona si ya lo has hecho, soy bastante nueva por aquí.
ResponderEliminarVoy a releerlo despacio...
Feliz semana!
Pues muy agradecido estoy por ello :-)
EliminarY no, no tengo nada publicado, sólo las historietas que pululan por este blog. :-)
Saludos y gracias por tu visita y por tus amables palabras!
¡Me ha encantado! Este detective de lo sobrenatural me cae muy bien y sus relatos son la mar de entretenidos, la vedad es que me ha gustado el asunto de tu trama (me suena un poco a un anime llamado .Hack, por cierto) y la verdad es que el resultado ha sido fabuloso.
ResponderEliminarSobre la frase para abril me gusta la 2, no sé por qué, así que espero que salga. Voy a ver si algún día me da por señalar alguna frase en castellano de algún libro para escribir, es lo malo de últimamente leer en inglés, me da pereza traducirlas xD
En fin, nos leemos!
¡Un besín!
A mi me está gustando mucho también escribir sus aventuras, así que doble felicidad si veo que gusta a quién lo lee :-)
EliminarLa trama me vino de casualidad, no quería hacer algo "muy típico" con la frase, nada de historias de miedo o similares... Así que cuando apareció esa idea me pareció divertida de escribir (no conozco ese anime que mencionas (de hecho, creo que no conozco ningún anime... XD ), pero me alegra mucho que te haya gustado.
Anoto tu voto para la frase 2 (y ya de paso yo daré mi voto por aquí para que quede constancia, por la frase 5)
Besicos Gema!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarGracias Ramón por continuar la historia de Raymond. Me cae bien este tío.
ResponderEliminarGracias también por seguir con el juego. Es genial.
Gracias por "rescatar" a los que estaban en coma, aunque para ello te hayas tenido que cargar al capullo de Bruce. ¿Los malos siempre se llaman Bruce? jajajajajaja.
Bueno, en cuanto a la frase, me gusta la número 2. Qué le voy a hacer: si me quitas el romanticismo, me consumo...
Muchos besucos y hasta la próxima edición, por lo menos.
Gracias a ti por tu fidelidad, tanto al juego como al blog, me siento muy honrado de tenerte siempre por aqui y de que seas siempre tan amable con tus palabras. :-)
EliminarTe confesaré una cosa, el malo en esta ocasión se llama Bruce porque cuando llegó el momento de "bautizarlo" estaba sonando una canción de Bruce Springsteen... jejeje
Anoto tu voto amiga Mary :-D
Besicos y gracias mil de nuevo!
Gracias, Ramón. He pasado un rato muy agradable, intenso, apasionado y divertido. ¡Vaya suspense!
ResponderEliminarDe verdad, ha estado magnífico tu relato. PLAS, PLAS, PLAS!!! APLAUSOS.
Un saludo y voto por la 1 mismo pero me da igual, eh? Las siguientes para los siguientes meses a ver si se van apuntando también sus autores, aunque sea por vanidad o curiosidad que de eso hay mucho, jajajaja...
Agradecido estoy yo de tu visita y tus palabras. Me alegra ( a la par que halaga) que te haya gustado la historia :-)
EliminarAnotado queda tu voto (y a ver si es cierto y se anima más gente a jugar, que a fin de cuentas de eso se trata de jugar y pasarlo bien :-) )
Saludos amigo!
Entro de nuevo para votar por la frase nº 5 (me parece que podría salir un buen relato de humor). ¿Qué pasa, nadie se atreve con el humor?
ResponderEliminarYo también he votado por la 5 :-)
EliminarPuede salir algo divertido de ella, jejeje
Buenas de nuevo. Ahí dejo mi segunda aportación en este interesante juego. Espero poder leer el resto de relatos.
ResponderEliminarEn cuanto a las frase propuestas, elegiría la cuarta.
Un saludo
Muchas gracias por pasarte por aquí y por volver a participar en el reto :-)
EliminarSaludos!
¿Cuándo dejó el futuro de tornarse en promesa para hacerlo en amenaza? Gran texto; le sigo, caballero.
ResponderEliminarwww.ourgodsaredead.blogspot.com
Muchas gracias, me alegra que te haya gustado.
EliminarSaludos!
Muy buen relato como siempre. Yo también me declaro fan de Raymond, siempre es un placer leer sus aventuras. Felicidades!
ResponderEliminarPara la frase yo voto por la número dos! Nos leemos en la próxima entrega, saludos!