Desde que podía recordar había querido hacerse con un nombre
dentro de la industria. Con uno de los principales. Siempre había deseado que
la gente se deslumbrara al verle. Que no pudieran quitar la vista de él. Que se
maravillaran con su belleza, con su arte intrínseco a su ser, a su esencia.
Todo parecía indicar que, por fin, lo había conseguido.
Podía decir, desde su experiencia, que los sueños se cumplen. Que si uno, por
insignificante que sea en apariencia, se lo propone, es capaz de conseguir
cualquier meta.
—
¡Atentos! ¡Luces!
Esas simples palabras le sonaron a gloria. A La Gloria. Era
su estreno, pero lo era por todo lo grande. En el lugar soñado por todos los
que, como él, alguna vez había aspirado a ser un luminoso. Y ahí estaba, en
pleno Times Square, anunciando la inminente gira de Bruce Springsteen. The
Boss. No podía pedir más.
qué buen final.. no me lo habría imaginado ni en mil años!!!!!!!! jejejeje.. tan sorprendente como siempre ;)
ResponderEliminarQué pillo, Ramón. Al final de tu relato me he sentido como una víctima más del "Timo de la estampita". Yo creyendo una cosa y luego va y es otra bien distinta. Bien por ti. Un abrazo ; )
ResponderEliminarJa, ja, ja...me ha encantado y sorprendido a partes iguales.
ResponderEliminarUn abrazo y feliz semana
Me encanta
ResponderEliminarWuawwww, no podía pedir más... ni menos...
ResponderEliminarOye, Ramón ¡¡¡150!!! No me lo podía creer! Felicidades.
Gracias por otra semana más.
Besucos.
Causa subidón!! Me ha encantado. :-)
ResponderEliminarEh... jajaj al final no es lo que imaginábamos :)
ResponderEliminarFeliz semana!!
Muy bueno, Ramón. Lo que me sorprende es que no sé si es la primera vez que cumples con el límite, jajajajaja...
ResponderEliminarFelicidades y que tengas una buena semana!!!
Un saludo.
Cuando se siguen los sueños (persiguen) suele ocurrir que se les alcance. Otra cosa es que a todo el mundo convenza por igual.Saludos amigo y feliz semana.
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