Para todos los que estéis interesados en jugar en el mes de febrero,
podéis encontrar la frase con la que participaremos al final del texto, así
como la fecha y unas cuantas frases para que votéis por la que más os guste para marzo. Hubo un triple empate (a un voto) entre las frases que os propuse, así que he tenido que deshacer el empate yo.
Os recuerdo que podéis dejar propuestas de frases en los
comentarios. También voy a copiar el código de InLinkz al final de mi entrada por
si a alguien le da algún problema.
En esta ocasión he unido los dos juegos en los que suelo participar, en un solo texto.Las palabras del 150 son: sentido, baja y nativo
La frase con la que jugamos en el Te Robo esta vez es la siguiente:
Nadie respondió. El viento suspiraba entre los árboles, haciéndoles emitir susurros misteriosos. A la sombra oscilante de los olmos que se alzaban del otro lado del muro podía ver la lápida de Hubert Marsten. —De Stephen King, sacada de la novela: El misterio de Salem’s Lot.
Llevaba unos minutos escuchando sonidos tras de mí. Sin
embargo cuando me giraba no había nadie a la vista. Hice lo que, a la vista de
los resultados en las películas de miedo, no hay que hacer nunca.
—
¿Hola? ¿Hay alguien ahí?
Nadie respondió. El viento suspiraba entre los árboles,
haciéndoles emitir susurros misteriosos. A la sombra oscilante de los olmos que
se alzaban del otro lado del muro podía ver la lápida de Hubert Marsten. Di por sentado que era el dichoso viento, siempre
solía ser él. Continué caminando hasta estar a los pies de la tumba de Marsten.
Permanecí unos instantes en silencio, comprobando lo
curiosos que pueden ser los caminos que te traza la vida. Podría decir inescrutables,
en lugar de curiosos, pero no me ha gustado nunca ser tan rebuscado. Lo cierto
era que hasta una semana antes no había escuchado el nombre de Hubert Marsten.
Llevaba unos cuantos días sin tener un caso remunerado, más
de los aconsejables cuando a uno le gusta comer a diario. Estaba repasando los
diarios de la ciudad y de varias zonas colindantes en busca de algo que me
pudiera poner en marcha. Necesitaba salir de la oficina, aunque fuera para resolver algún misterio por amor al arte.
Tardó en aparecer, pero por fin encontré una que me llamó la
atención. Había aparecido el cadáver de una joven degollada, en su apartamento.
No había signos de que hubieran forzado ninguno de los posibles puntos de
entrada. Incluso la alarma seguía conectada cuando una amiga suya la encontró
tras varios días desaparecida. Ese sentido
extra que te da la experiencia me dijo que este podía ser uno de mis casos. Yo asentí sin dudarlo.
Me desplacé hasta la localidad de Oxburg esa misma mañana
para empezar con mis pesquisas, gratuitas, lo antes posible. Lo primero que
hice fue ir al apartamento de la víctima.
—
Entonces ¿es usted familiar de la fallecida?
—Preguntó el portero del edificio.
—
No, ya le he dicho que soy amigo de la familia.
El me miraba receloso, pero un par de billetes de 20 hicieron que me ganara su confianza. Me abrió la puerta y yo le dije que podía dejarme a solas. Se marchó con otro billete más, este de 10 y con mi promesa de que cerraría al salir.
Una vez solo en el apartamento comencé a buscar alguna
pista. No las típicas, huellas dactilares, restos de carmín en una copa, o
manchas de pisadas en el suelo. Eso ya lo habría hecho la policía. Yo buscaba
otro tipo de indicios. Como azufre, residuos de ectoplasma, o ese olor tan
característico a incienso que dejan los ángeles cuando tienen a bien hacer una
visita. Me centraba en estos tres grupos de no vivos (ángeles, demonios o
espíritus) en concreto porque eran los
únicos que podían entrar y salir sin necesidad de abrir ninguna puerta o
ventana. No parecía que hubiera resto alguno. Esto me frustró un poco, a lo
mejor no era nada de mi incumbencia.
De todos modos no desistí, tampoco tenía muchas cosas mejores que hacer.
Comencé una ronda de llamadas a los jefes de los clanes,
hermandades, gremios, sociedades, etc… que estaban al cargo de los grupos de
los no vivos. Quería saber si alguno de sus miembros tenía su área de acción en
el barrio de la víctima y si este acto era obra de ellos. Todos las
asociaciones de las sombras tenían un cupo mensual del que no se podían salir,
era el convenio al que llegaron ellos y los del Senado del Sistema para poder
convivir en paz. Y ellos eran los primeros interesados en que ninguno de sus
afiliados se saltara las normas.
—
… Pues eras mi última esperanza… —Dije con la
moral algo baja.
—
Lo siento mucho Ray, pero ninguno de mis
demonios ha estado por ahí en los últimos ciento cincuenta años. —Contestó Crowley,
el Secretario General de los Demonios y las Fuerzas del Averno.
A pesar de la falta de evidencias, algo me decía que no
estaba equivocado. Así que me decidí a tirar de hemeroteca. Fui a la biblioteca
municipal y comencé a indagar en las muertes misteriosas del pueblo. Tardé un
poco en ver el patrón, pero sí que lo había. En el último siglo hubo trece muertes
similares, incluida la que me había traído
a Oxburg. No en el mismo edificio, eso habría sido raro hasta para la policía o
los vecinos. Habrían comenzado a denominar a la casa como maldita o encantada,
y habría hecho más fácil mi trabajo también, sin duda. El denominador común era
que todas las muertes sucedieron en inmuebles que habían sido propiedad de
Hubert Marsten, o en edificios que habían sido construidos en tierras del
susodicho. Otro dato que se repetía era el número de muertes, tres, y la
cadencia, cada quince años. Por lo tanto tenía que darme prisa antes de que
muriera alguien más, y antes de que lo que fuera desapareciera por década y
media. Y por último, las tres primeras muerte fueron la de Marsten, su mujer y
su hija.
Lo que no estaba claro era cuál había sido el desencadenante.
Y esto era importante, ya que me podía llevar al culpable. Un culpable que cada
vez tenía más pinta de espíritu vengativo o enfadado. Podía ser cosa el mismo Hubert
Marsten, de hecho fue el principal sospechoso de haber matado a su familia y
después haberse suicidado. Aunque era un buen palo de ciego decidí no descartarlo.
Y ese era el motivo por el cual me encontraba frente a su lápida. Pensaba exhumar
su cadáver y aplicarle un rito que aprendí de un nativo de una de las tribus indígenas del país, consistente en
espolvorear los restos del espíritu sospechoso con sal de roca y prenderles
fuego. Con ello se conseguía que se desvincularan del mundo de los vivos y
pudieran seguir su camino.
Tras un buen rato cavando, llegue hasta el ataúd en
cuestión. Al abrirlo me llevé dos sorpresas. La primera era que no estaban los
restos que esperaba, la segunda que en el interior había unas iniciales: TEL.
La frustración comenzó a apoderarse de mí. Daba un paso y perdía dos. Antes de
que la frustración tomara las riendas de mis decisiones escuché un ruido.
Provenía de mi derecha. Con mi escopeta cargada con cartuchos de sal me dirigí
hacia el ruido. Unas cuantas tumbas más allá volví a ver las iniciales escritas
con barro. El ruido seguía delante de mí. Conforme avanzaba seguía viendo las
dichosas letras escritas en lápidas. Por fin vi una silueta, antes de disparar
desapareció, pero tuve el tiempo suficiente para reconocer el rostro, era el
dueño de la tumba que había profanado… O que había intentado profanar, ya que
él no estaba dentro.
En mi camino de vuelta al pueblo comencé a tratar de ordenar
mis pensamientos. Ya no tenía tan claro que Hubert fuera el culpable de las
muertes. Aunque estaba claro que su espíritu estaba vagando por aquí, su
insistencia en escribir esas tres letras, y el desasosiego que desprendía su
rostro me hacían inclinarme hacia su inocencia. Lo que parecía claro era que
esas iniciales eran importantes, así que esa sería mi siguiente línea de
investigación.
Una vez en el hotel pedí que me llenaran un termo con café y
compré una botella de whisky, mis fieles compañeros en las noches de
investigación. Al salir del ascensor vi, al final del pasillo, la silueta de
una niña. No aparentaba tener más de diez años. Parecía perdida, temerosa,
incluso daba la sensación de que lloriqueaba. Iba vestida completamente de
blanco y su pelo, cobrizo, no dejaba apenas ver su rostro.
—
¿Te ocurre algo, pequeña? —Pregunté.
—
He sido una niña mala, muy mala… —Dijo entre
llantos.
—
¿Qué ha pasado? ¿Te puedo ayudar? ¿Dónde están tus
padres?
Entonces me miró por primera vez. Era el rostro de la
muerte. Antes de que pudiera reaccionar se abalanzó sobre mí con un cuchillo en
su pequeña mano. La pude esquivar a duras penas y entre en mi habitación. Antes
de que pudiera proteger la entrada
atravesó la pared y volvió a atacarme. Pude esquivarla de nuevo de un salto,
con la misma inercia cogí una barra de hierro de mi bolsa de viaje y le aticé
con ella. Huyó. Corrí a echar sal por todo el contorno de la habitación, por la
puerta y por el alféizar de las ventanas. El hierro y la sal, eran los dos
grandes enemigos de los espíritus. Mientras acababa con la última ventana
comenzaron a dibujarse las iniciales TEL en ella.
Una vez asegurada la habitación comencé a indagar sobre
dichas iniciales. Intuía que podía ser un nombre. Pero no era el nombre de
ninguna de las víctimas. Busqué, por internet, en el registro los habitantes
del pueblo cuando ocurrieron las primeras muertes. Nada. Parecía un callejón
sin salida. El único nombre parecido, con dos de las tres letras, era el de la
hija de Marsten: Teresa Eleanor Marsten. De repente el cabo pareció querer
atarse el solo. La pequeña Teresa tenía nueve años cuando murió, de una
puñalada en el corazón. Era la única de todas las víctimas que no había muerto
degollada. Busqué su partida de nacimiento, pero no podía encontrarla. La ele…
La ele debía ser la clave… Realicé una búsqueda de niñas nacidas en el mismo
año que la de los Marsten, y allí apareció: Teresa Eleanor Livingstone. Ese era
su nombre cuando nació, lo único que hicieron sus padres adoptivos fue
cambiarle el apellido.
Me marche apresuradamente de nuevo al cementerio. Quería
llegar antes de que amaneciera, para lo cual faltaban unas tres horas. La tumba
de la pequeña Teresa estaba junto a la de sus padres adoptivos. Me faltaban
poco más de cuatro paladas para llegar al féretro cuando noté su presencia,
estaba claro que el pequeño espíritu no quería darse por vencido. Me giré lo
más rápido que pude pero no fue suficiente, me dio un revés que me dejó
bastante aturdido, casi al borde del desmayo. La vista se me nublaba, aunque
veía a la pequeña silueta acecharme, cuchillo en mano. Yo estaba dentro del
agujero y no me veía con fuerzas para salir de él, parecía que iba a salirse
con la suya después de todo.
—
¡Teresa Eleanor! ¡Deja ese cuchillo ahora mismo!
—Sonó una voz como un cañón.
—
Pero, papá… Estoy jugando… —Dijo ella con ese
tono sollozante.
—
¡Que lo dejes te he dicho!
Marsten aprovechó el desconcierto para agarrar a la pequeña
y desarmarla. Me miró pidiéndome que continuara con mi trabajo. Lo hice sin
dudar ni un instante, todavía estaba un poco mareado, pero debía sacar fuerzas
antes de que Teresa se pudiera deshacer de su padre. Llegué al ataúd, lo abrí y
allí estaban los restos de la muchacha. Rápidamente los espolvoreé con la sal,
los rocié con un poco de gasolina y lancé una bengala para que prendieran. La chiquilla
comenzó a gritar, como si de verdad le estuvieran quemando. Conforme se
consumieron sus huesos hizo lo propio ella, hasta que se desvaneció. Sólo quedamos
el espíritu de Hubert y yo.
—
Gracias. —Le dije.
—
A usted —Contestó con una sonrisa.
Con la misma sonrisa se desvaneció el también. Parecía
aliviado. Ya no había nada que lo retuviera aquí. Ya daba igual que todo el
mundo hubiera pensado que había sido él quien había asesinado a su familia. Que
no le hubieran enterrado como era debido,
por ese mismo motivo. Ya podía descansar en paz, sabiendo que el demonio que
habían adoptado no haría daño a nadie más. Yo me marché al hotel, a dar buena
cuenta de la botella de whisky que había comprado unas horas antes. No iba a
cobrar por este trabajo, de hecho nadie sabría que había hecho ningún trabajo,
solo Hubert Marsten y yo. Pero yo me podría ir a dormir con esa sensación del
deber cumplido.
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La próxima entrega será desde las 0:00 del lunes 16 de febrero hasta las 23:59 del viernes 20. La frase propuesta es la
siguiente: Cuando llegamos a la planta baja me dije que era el
momento de intentar escaparme. En el sótano sería demasiado tarde. —Cornell
Woolrich —Del relato: A través del ojo de un muerto.
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Las frases que os propongo para elegir son las siguientes:
1ª.- —Soy feliz —dijo— porque sólo ahora sé con seguridad dónde está cuando no está en la casa. - De Gabriel García Márquez "El amor en tiempos de cólera" (Propuesta por Kary)
2ª.- La primera vez que le eché la vista encima, en el interior de un Rolls-Royce Silver Wraith, junto a la terraza de The Dancers, Terry Lennox estaba borracho. - De Raymond Chandler, El Largo Adiós.
3ª.- Tom echó una mirada por encima del hombro y vio que el individuo salía del Green Cage y se dirigía hacia donde él estaba. Tom apretó el paso. No había duda de que el hombre le estaba siguiendo. - De Patricia Highsmith, El talento de Mr. Ripley.
4ª.- No espero ni pido que alguien crea en el extraño aunque simple relato que me dispongo a escribir. Loco estaría si lo esperara, cuando mis sentidos rechazan su propia evidencia. Pero no estoy loco y se muy bien que esto no es un sueño. - De Edgar Allan Poe, El Gato Negro.
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Un relato excelente amigo Ramón, sin duda muy bien elaborado y con un final sorprendente. Felicidades, lo dicho, eres un crack.
ResponderEliminarMuchas gracias compañero, eso es que me lees con buenos ojos, jejeje
EliminarPor cierto, olvidé decirte que esta vez elijo la 4 (frase robada).
ResponderEliminarAnotada queda :-)
EliminarSe me ha pasado la fecha, me muerooooooooo. No me lo puedes alargar hasta el miércoles? Mañana me toca post sobre educación y no puedo moverlo de día. Porfa porfa porfaaaaaaaaaaaa
ResponderEliminarLa fecha límite es, desde hace un par de entregas, hasta medianoche del viernes al sabado, así que tienes tiempo de sobra amiga mia :-)
EliminarJo, vi el link del 150palabras y pensé que era ese el del terobounafrase.... Estoy acabando. Arghhhh, mañana te sale en el código!
Eliminar¡Muy bueno! como siempre. Y por cierto voto por la frase 4.
ResponderEliminarMe resulta fascinante la capacidad que tienes para montar una historia a partir de una simple frase; frase que, por otro lado, no tiene nada de simple. Lo dicho, fértil imaginación la tuya, Ramón. Por cierto, el cuento muy bien hilado. Saludos, Ramón.
ResponderEliminarTiene toda la razón Frank cuando dice que solo criticamos las frases que Ramón escoge y no aportamos ninguna.
ResponderEliminarAsí que ahora mismo, propongo 5 de 5 libros diferentes:
1.- "Cuando vieron la expresión, primero confundida, luego aliviada, de mi cara, se echaron a reír. " de MOLOBO, de Vidal FS.
2.- "Logré ver el brillo de mis ojos al maquillarme frente al espejo, ahora entendía cuando decían que una mujer después de hacer el amor lucía radiante." de UN NUEVO AMANECER, de Karina Delprato.
3.- "Fue entonces cuando la culebra , apareciendo de improviso desde quién sabe dónde, le inyectó su veneno en la muñeca dejándole dos claros orificios amoratados.", de Entremundos, de Lg Morgan.
4.- "Muertes y desapariciones inexplicables convertían el sitio en un lugar poco apetecible. Decian las malas lenguas que en días lluviosos aquella tierra oscura no llegaba a mojarse, y que los pájaros no sobrevolaban su cielo, dando un rodeo para evitar pasar cerca." de EXTENUACIÓN, de Irene Comendador. y
5.- "Entró tambaleante. No estaba seguro de si realmente había bebido tanto como para hallarse tan mareado. Richard se agarró al pasamanos de la escalera y miró hacia arriba. Definitivamente no llegaría allí de no ser a gatas." de EQUILIBRIO, de Karol Scandiu.
Espero que os gusten para las próximas ediciones y ahora voy a leer el relato.
Un abrazo y saludos a todos.
Buenas propuestas, Ricardo.
EliminarGracias por tus propuestas Ricardo. Mil gracias.
EliminarGracias Ricardo por mencionarme eligiendo un frase de mi novela :)♥
EliminarUn excelente relato, Ramón. Al principio me pareció incluso ver la peli de El Resplandor cuando la niña de blanco en el hotel, pero esta tiene más mala leche y puede hacer más cosas.
ResponderEliminarGracias por haber seguido tu juego y espero que las musas regresen a mí para poder proseguir en el futuro, no solo con tu juego, sino escribiendo que llevo en barbecho casi 9 meses. Todo un parto sin feto alguno. Estaré preñado psicológicamente?
Un saludo, amigo.
PD. Si hay que votar para el siguiente, de las que has propuesto, por unir criterios me quedo con la 4 y la 5 y después con las mías, si al resto le parecen bien. Creo que tienen un poco de todo.
Ricardo, si es niño, me pido madrina. Y si es niña.... pues también. Ánimo, eso de "la sequía" nos pasa a muchos-as
EliminarMe estaba comiendo las uñas...en serio! Excelente relato como todos los tuyos. Vaya imaginación tan fértil la tuya!
ResponderEliminarMi voto es para la frase número 4
Me alegro mucho que te haya gustado, Patricia.
EliminarMi imaginación hace lo que puede, funciona a su aire... Yo poco tengo que ver con ella, nada más pongo letras unas junto a otras.... jejeje
Saludos!
Qué grande, Ramón!!! Un relato de los que me gustan, y siempre con tu punto de humor característico (me han encantado las asociaciones del Averno y su cupo de muertes jejeje).
ResponderEliminarMuy entretenida, me ha mantenido con la intriga hasta el final! ;)
Voy a echar un vistazo al resto! A ver si tengo tiempo de contribuir con la mía jejee!!
Un besazo!!
Tú, que me lees con buenos ojos, Ángela... jejeje
EliminarMe alegro que te haya gustado, incluidos los toques de humor, jeje :-)
Y a ver si te volvemos a ver jugando, que se te echa de menos!!
Besicos!
Magnífico relato. Me ha permitido relajarme un ratito... Comparto el enlace en Vivencias Oníricas.. Siento no poder participar porque, como algunos de ustedes saben, preparando un examen para el día 8. El mes próximo me tienen aquí. El de 150 palabras me tienta... es más cortito. Felicidades a todos por tanta creatividad, iré leyendo en cuanto pueda.
ResponderEliminarMuchas gracias Irene. Un placer saner que te ha gustado y te ha permitido un rato de relax :-)
EliminarEspero que pronto puedas volver a jugar :-)
Saludos!
¡Muy buen relato!
ResponderEliminarNo imaginaba que la culpable era la hija, me ha gustado bastante.
Saludos.
Por cierto, voto por la frase 1, de García Márquez
Gracias Felipe!
EliminarFeliz de que te haya gustado y no vieras venir quién era el culpable :-)
Saludos!
Fantástica historia... como siempre... enganchada me hallo a tus relatos.. jejejeje
ResponderEliminarY yo agradezco ese "enganche", jejeje
EliminarA ver si te animas a jugar un mes de estos!!!
Saludos!
Gran relato al más puro estilo de John Constantine. Bravo compañero! Yo ahora me veo sin mucho tiempo pero me da pena no seguir con el te robo una frase..lo retomaré!! Un abrazo
ResponderEliminarA John Constantine es al último que he añadido al coctel de "influencias" a la hora de crear este detective... Bien visto :-)
EliminarEspero que puedas sacar algun ratito para jugar :-)
Saludos compañero!
Bueno, que sepas que me costó encontrar un momento para leerte!!! Bufffffffffff........ Pero lo consegui!!
ResponderEliminarY me ha encantado! Aunque me dio un poco de miedito, la verdad, es que yo soy un poco "canguis". Ya sabes, me sacas del rollito romántico y llego poco lejos, jijijijiiji. Pero lo cierto es que tus historias siempre me encantan.
Una cosa: sigues haciendo trampa con las 150 palabras!! Es que no te van a penalizar por ello? Que te castiguen a publicar un libro con tus escritos. Pero ya!!
Y mil gracias por seguir con el juego. Creo que tú también andabas "de sequía", verdad?? Ánimo y aunque sea un tópico, te aviso que todo pasa.
Besucos enormotes!!
En cuanto a las frases, me gustan la 1ª y la 4ª. Pero creo que se votaba sólo una, verdad? Pues por mí la 1. Gracias de nuevo.
Y más besucos.
Ya, ya se que tu eres miedosa (yo también, aunque no lo parezca... soy MUY gallina, jeje)
EliminarNo me castigan por las 150 palabras porque Marta es muy buena persona y muy buena amiga... jejejeje
Pero lo del libro... a lo mejor algún día recopilo algunos relatos :-)
Besicos Mary!
Siempre es un placer leer tus historias aunque esta me dio
ResponderEliminar"chucho" jaaj. Gracias por esta iniciativa. Ya tengo mi relato, espero también te guste. Abracitos!!
El placer es mio, al contarte entre mis lectoras habituales :-)
EliminarBesos!
Buah!!! Según te leía, veía a Dean Winchester de Supernatural haciendo de las suyas!! ;P Ha sido genial!! Por no hablar de la cantidad de detallitos para terminar con Demonios y demás Seres Espectrales!!!
ResponderEliminarUn besín! ;)
Pues muy bien visto!! Los hermanos Winchester son una parte importante del coctel con el que ideé a este personaje :-)
EliminarMe alegro que hayas apreciado la historia como "debe ser", jejeje
Besicos y gracias por la visita y por tus amables palabras!