Desde pequeño había tenido que luchar contra todo tipo de
adversidades, médicas sobre todo. La estadística tampoco había estado nunca de
su parte. Pero todo eso a él no le había importado nunca. Ni siquiera pensaba
que era un luchador, aunque también es cierto que pocos niños de ocho años piensan
que son unos luchadores. Para él todo era parte de un inmenso juego, al que los
mayores llamaban vida.
Sus padres sí
pensaban que era un luchador. Había luchado contra todas las probabilidades
médicas. De pequeño les dijeron que no andaría, que con toda seguridad le
tendrían que cortar una de sus piernecitas. Que sería un milagro si llegaba a
los cinco años…
Y sin embargo allí estaba, atándose la bota en su pequeña pierna ortopédica, preparado para dar patadas a
un balón, como sus compañeros de equipo. Y a sus padres se les llenaban los
ojos de lágrimas de tan mayúscula
alegría que les desbordaba, de ver a su pequeño jugando a vivir.
Triste micro, aunque lo bello es la esperanza y optimismo que nos arranca. Pasa un gran día amigo.
ResponderEliminarNo todo van a ser demonios y muertes, jeje
EliminarFeliz domingo, compañero!!
qué diferente historia a las de semanas anteriores... hermoso, triste pero lleno de esperanza... feliz día
ResponderEliminarBueno... Hay que tratar de variar, para que no veais venir el posible final :-)
EliminarSaludos!
La capacidad de superación del ser humano es infinita. Como ejemplo de lo que digo ahí tienes a los políticos de nuestro país, intentando superar su estupidez hasta elevarla a niveles estratosféricos. Emotivo relato, Ramón. Ciertamente conmovedor. Un saludo.
ResponderEliminarCierto, cuando parece que no pueden ser más inútiles lo superan con creces... No recuerdo dónde lei "la inteligencia es una constante, sin embargo la humanidad sigue creciendo..."
EliminarMuchas gracias por la visita, y me alegro que te haya gustado el relatillo.
Saludos!
Joooooooooo, que me había despistado con tantas sorpresas..... Perdón! Pero ya estoy aquí!!
ResponderEliminarQué diferente hoy, verdad? Bueno, lo cierto es que no tienes una línea única. Aunque pensándolo bien, a la mayoría de tus relatos se les puede aplicar el calificativo de "raro" y, cierto: a éste no. Me gustó mucho. Además, los niños... la esperanza... la ilusión... sí, me gustó.
Una curiosidad: al ver tus palabras, mi mente asoció "alegría mayúscula", para colocarlas unidas. Y al leerlo, efectivamente resultó que las colocaste juntas. bueno, será casualidad, aunque no creo demasiado en ellas.
Besos enormes.
Qué historia triste, pero cuántos casos como este hay en la vida... Lo byeno que los chicos tienen más fuerza para superarse y sobrellevar casos que ni nos imaginamos.
ResponderEliminarUn abrazo Ramón. .
Muy buen relato que a pesar de sorprender en varias oportunidades, es claro y fluido. Buen uso de las palabras obligatorioas.
ResponderEliminarMe gustó mucho. Saludos.
Muy hermoso, Crack. Bien llevado y fluido. No es a lo que nos tienes acostumbrado, pero te ha salido redondo.
ResponderEliminarAbrazos.
Un relato emotivo, Ramón. Bonita histora de superación y esperanza.
ResponderEliminarNo voy a decirte que se me ha saltado la lagrimita, pero casi.
ResponderEliminarLa verdad es que me ha encantado, una historia preciosa sobre superación. Esperemos que ganase el partido, aunque no es lo importante.
¡Un besín!
Tengo que confesar que estaba esperando un giro macabro a la historia como que el niño fuera un zombie o un fantasma..jejeje Feliz semana!
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