En algún lugar del puerto de La
Coruña…
— ¡Agua
a la vista!— Sonó la voz de Raimundo, uno de los muchachos del grupo. Se hizo
el silencio más atronador. Todos dirigieron sus miradas hacia José Andrés. El
joven parecía menguar por momentos.
— Ya
era hora, parecía que no íbamos a llegar nunca— Fue la única respuesta de José
Andrés. Los muchachos respiraron. A Raimundo le volvió a llegar la camisa al
cuerpo— Tomaros un descanso, y si alguno entiende de barcos que eche un vistazo
a ver cuál nos conviene.
Se separó del grupo para
consultar el Libro y reponer fuerzas con los últimos melindros que le quedaban. Eran sus pastelitos preferidos desde la
niñez y algo le decía que quizá nunca más los saborearía.
— Dime
que seguimos siendo sólo tres grupos.
Sí… Pero…
— Odios
los peros. Siempre que hay un pero aparece un problema nuevo.
No es de ese tipo de peros…
— ¿Hay
otro tipo de peros?
¿Vamos a teorizar sobre semántica ahora?
— Tienes
razón, dale.
Te decía que no, que no hay ningún grupo nuevo, pero…
— Sí,
eso lo había pillado…
El libro dio un profundo suspiro.
Dudó entre enviar a José Andrés a freír puñetas o ignorarlo. Optó por la
segunda.
… No tiene ninguna lógica. Por más que lo he intentado, no he
encontrado ninguna ecuación, ningún algoritmo,
ningún escenario con el que hayamos podido crear un nuevo grupo.
— Vamos,
que estás perdido.
No tanto como tú cuando pasamos por Madrid…
— ¡Aquello
fue un accidente!
Un accidente que dejó… lo mejor
de ti delante de las Meninas…
— Pero
es que los aseos están muy mal señalizados allí. Y bueno… No tenía tiempo que
perder… Ya sabes, cuando aprieta…
Menudo ejemplo para los muchachos… Menos mal que no queda nadie para…
contemplar tu aportación…
— Esto…
¿Señor? —Era la voz de Minerva, la joven que tenía la costumbre de ser la
primera de la clase.
— Dime.
¿Habéis encontrado una embarcación? —Contestó cerrando el Libro, dejándole sin
más réplicas graciosas.
— Sí…
— Y
no me digas que sabes pilotarla…
La muchacha se
puso colorada. Algo que venía siendo ya una especie de tradición.
— No
dejas de sorprenderme, Minerva… Está bien… Busquemos cualquier utensilio,
alimento, herramienta que pueda sernos útil en el viaje y embarquemos cuanto
antes.
La joven dio media vuelta, con su
ya habitual color sonrojado, y comunicó las órdenes a sus compañeros.
++++++
A unos 150 kilómetros de
Vladivostok…
Es una locura, no vamos a
llegar nunca, nos llevan mucha ventaja…
— ¿Cuándo
me vuelvo la alegría de la huerta?
¿Perdona?
— Que
eres la pena negra. Siempre negativo, nunca positivo…
Eres la bomba… Qué chispa
tienes Pero, ese chiste… Creo que lo debería haber hecho el mesías de España…
— ¿Qué
chiste?
¿Nos pegaron una pedrada en la cabeza de pequeños y no lo recuerdo?
— ¿Eh?
Nada, nada… Déjalo… El caso es que nosotros estamos muy lejos de la
costa y ellos están ya a punto de embarcar. Nos convendría un golpe de suerte…
— ¿Ilie
Vasiliev…? —Era la voz de Veronika, la muchacha que solía ser la sabelotodo del
grupo.
— Muy
bien, vamos mejorando, ya no me llamáis…
— ¿Señor?
— …
En fin… Supongo que algún día entenderéis que yo soy uno más de vosotros, que
soy… vuestro amigo…
— Sí
señor.
— Está
bien, tú dirás.
— Verá,
señor, estábamos buscando provisiones y cualquier herramienta o utensilio que
nos pudiera ser de ayuda, como nos dijo…
— Ajá…
—Asintió Ilie
— Y
bueno… Los chicos y yo… Ejem… Hemos encontrado un… Un tren... Señor… —La voz de
la muchacha sonaba como si hubieran cometido un pecado mortal, en lugar de,
probablemente, haber dado una ventaja al grupo.
— Y
no me digas más, sabes conducirlo…
La muchacha dudó, al tiempo que
se incorporaba a su rostro su ya clásico color sonrojado. Finalmente contestó.
— Eh…
Sí…
— En
otra época habrían pensado de ti que estabas embrujada, o algo peor…
No habría sido bueno para tu vida. Afortunadamente no estamos en esa época… Algún
día me tendrás que decir cómo sabes tantas cosas.
— Sí,
verá señor, es que yo…
— He
dicho algún día, no necesariamente hoy. —Bromeó el mesías esquimal.
— Sí
señor…
La muchacha, ajena al concepto
sarcasmo, terminó de decorar su cara con un color rojo chillón.
— Bueno,
vayamos todos a montarnos en ese tren… —Dijo Ilie, al tiempo que miraba al
Libro con una expresión de: ¿ves?, no va
a ser todo malo.
+++++++
En algún lugar, en plena Pampa
Argentina…
— Vamos,
cálmate…
¿Qué me calme? ¡Qué me calme dice! Tú no sabes lo que yo sé.
— ¿Ha
aparecido otro grupo?
No. Pero no es eso. Es el futuro que veo…
— Vamos,
no puede ser tan malo…
¿Malo? Malo es estar en la casa en la que cae una bomba atómica. Esto
es… esto es… monstruoso.
— Seguro
que exageras. Ya verás como encontramos una solución. Siempre has sido un poco
histriónico, de preocupación fácil, y luego te calmas y lo ves de otro modo…
Que no, que no… Esta vez no… Es el fin… No llegaremos a Chichén Itzá a
tiempo. Nos llevan mucha ventaja. Unos ya están embarcando, y los otros han
encontrado un tren que los lleva a la costa. Y nosotros aquí seguimos, andando
como si no hubiera un mañana, cosa cada vez más probable…
— Afortunadamente
eres un libro…
¿A qué viene eso ahora?
— De
no serlo te pondrías a llorar y a ver dónde encuentro yo helado a estas horas…
Muy bien. Está muy bien que te tomes el fin con sentido del humor…
— Alguien
tiene que hacerlo. Verás como algo se nos ocurre. Parece que no has aprendido
nada en este tiempo. Siempre aparece una solución cuando todo parece… ¿Qué
demonios ha sido eso? ¿Lo has visto?
El Libro pareció quedarse sin
palabras.
— ¿Alguien
ha visto eso? ¿La luz destellante?
—Dijo, dirigiéndose al grupo.
++++++
En ese mismo instante en el puerto
de La Coruña…
— ¿Qué
ha sido eso? ¿Lo habéis visto? ¿Esa luz? —Preguntó José Andrés.
Los muchachos apenas pudieron
asentir con la cabeza. El Libro se quedó atónito.
++++++
Simultáneamente en el tren ruso…
— ¿Pero
qué…? ¿Lo habéis visto? ¿Ese destello de luz? —Preguntó Ilie al grupo.
Los chicos asintieron como una
sola persona. El Libro se estremeció.
++++++
En algún lugar de Billings, Montana…
— ¿Va
todo según lo previsto? —Preguntó una voz autoritaria.
— Sí
señor, van todos camino de Chichén Itzá.
— ¿Hemos
hecho ya lo de la nave espacial?
— No,
aún no. Hemos hecho lo de la luz. La nave
sigue esperando en el campo de béisbol.
— Bien,
gracias, puedes retirarte.
— Sí,
señor.
El joven salió del despacho
cerrando la puerta tras de sí. El dueño de la voz autoritaria abrió un cajón y
sacó un libro.
— ¿Cuál
es el siguiente paso? —Preguntó al Libro.
++++++
¿Hola? ¿Hay alguien ahí? ¿Me
escucháis? ¿Rusia? ¿Argentina? —Comenzó a escribir el Libro de José Andrés
desde la mochila.
Continúa aquí...
Fotos propiedad de Diego Escolano.
*********
En la entrada de hoy también he contado con la inestimable colaboración de cuatro amables (unos más y otros menos... y no miro a nadie... jejeje) lectores: Mary, Ángela, Deilis y Frank, que me propusieron tres palabras cada uno. Os animo a que sigáis aportando palabras, aunque cada vez las rebusquéis más... Pero ahí está la gracia también, jeje.
Frank: melindros, meninas y
béisbol
Mary: bomba, nave espacial y embrujada
Ángela: perdido,
locura y amigo
Deilis: monstruoso, destellante y
algoritmo
¡Mi madre, cuanta locura! como diría "Mauricio Colmenero" pero ¿ésto qué esssssssss? ya me he perdido... ¿cuántos libros hay? te seré sincero si te digo que algunas veces (no, todas) esto me parece un "diálogo para besugos" (entre el libro, los mesías y los "invitados"). ja,ja,ja,ja,ja,ja. Pero eso sí, ¡joder que divertido me lo paso leyéndote!
ResponderEliminarBueno, es evidente que la finalidad de esta historia es que os lo paséis bien y (si es posible) que os riais.
Eliminar(Evidentemente) no pretendo ganar el premio Hugo con esto, ni parecerme a Philip K. Dick, a Arthur C. Clarke, o a Asimov (en todo caso a Mortadelo y Filemón o a los Hermanos Max (ojalá me pareciera la centésima parte)). :-)
Y te puedo decir que hay 4 Libros y que no habrá más... creo... jajajaja
Saludos y gracias!
Eh, colega, que no lo dije en plan despectivo, al contrario, no es fácil hacer lo que tu haces, que lo sepas (por si no lo sabías). Y me encanta tu estilo y tu buen humor. (Tienes que ser la caña en las fiestas y reuniones familiares seguro). Un abrazo.
EliminarSí, sí, que lo había entendido, leñe :-) No me lo había tomado a mal en absoluto.
EliminarSí que sé lo dificil que es, porque he estado años en barbecho de escritos de humor (de ahí los textos "estilo" Justina). Por eso también aprovecho el tirón mientras dure, jejejeje
En las fiestas me prodigo menos, se me da mejor la palabra escrita que la hablada, jeje.
Saludos!
Anda, que ya te vale!! Bueno, yo me quedo con lo de amable, porque los "melindros" llevaban mucha mala leche. Y, además, mi nave espacial y el destellante se llevaban genial. Oye, geniales las fotos de Diego (ya he visto algunas por face y me gustan mucho).
ResponderEliminarSobre la historia, bueno, a mí José Andrés me cae de lujo, pero no podré soportar que te cargues al los otros, en plan "El Barco", así que, sé benevolo y quitaré la bandera del balcón. Y eso que yo soy mucho de "amor y paz en esta Navidad", así que puedes crear cientos de libros y ¡Ala! ¡Todos a Chichén Itzá!, jajajajaja
Gracias por seguir imaginando, creando, escribiendo.... jugando. Gracias por "aguantarnos" y, ¡¡¡no te vas a librar!!! Mis tres palabras:
hermanita, fantasmagórico, erótico
Besitos y nos leemos.
Pero también está divertido que haya palabras de todo tipo (no tenía ni idea de lo que eran los melindors... jeje), aunque luego me cueste la vida incluirlas, jejeje
EliminarBueno, ya veremos quién sigue y quién no... la verdad es que no lo se ni yo mismo :-)
Gracias a vosotros, por seguir provocandome y por seguir vistando el blog.
Anoto tus palabras, amiga Mary.
Un besico!
Esto digno del mejor surrealismo XD pero que conste que tengo mucha curiosidad por ver cómo cierras todo esto.
ResponderEliminar¿Cómo se hace para plantearte palabras?
Aquí mismo las puedes decir Sandra.
EliminarPor cierto, yo también tengo curiosidad por ver como acaba... jejeje
Pues aquí van tres:romano, motocicleta y....piélago jejeje
Eliminarjajajaja, que puñetera, piélago, jajajaja
EliminarAnotadas quedan, amiga Sandra, veremos cómo quedan en la historia... :-)
¡Esto se está poniendo bueno!
ResponderEliminarMe alegro que así te lo parezca, Martin.
EliminarMuchas gracias por la visita.
Saludos!
Jajajajajaja... Otro grupo y, al parecer, ese tiene una nave espacial y guía a los demás o, al menos, puede hacerles señales.
ResponderEliminarA mí me sigue gustando. Este en especial.
No sé si dejarte palabras o no. Mejor, no, porque puede que ya lo tengas medio hilado.
Un saludo.
PD: Por si acaso, entrada, seguro y miedo.
Me gustaría prometer que no van a "aparecer" más grupos... Pero no sé si podría cumplir la promesa... jejejeje
EliminarMe alegra seguir manteniendo el interés, a mi desde luego me está divirtiendo mucho escribirla.
Saludos y gracias por seguir aportando palabras! (Y algo más sencillas esta vez, jeje)
Espera que estoy cerrando la boca. Asombrada me has dejado, e impresionada, menudo don tienes con el teclado (o el boli).
ResponderEliminarMuchas gracias, Marta, se hace lo que se puede (además de que tu me lees con buenos ojos... jeje)
EliminarAinss,cuatro grupos y los canadienses mandandonos señales? A ver que haces ahora?
ResponderEliminarRamón:
ResponderEliminarEs espectacular la creatividad y la imaginación que desplegás en esta parte.
Excelente