Siempre le veía, desde la lejanía, deambulando solitario, como un autómata. Suponía que él le vería del mismo modo. Lo que no sabía era si dejaría volar su imaginación imaginándolos juntos. A él sí le gustaba hacerlo. Mucho. Se visualizaba junto a aquel perfecto desconocido en las situaciones más cotidianas, pero también en las más inverosímiles. Tanto en una cena familiar, como en una romántica. Dándolo todo en el centro de una discoteca, como bailando solos bajo la luz de la luna.
¿Haría aquel desconocido lo mismo? No lo sabía, prácticamente
no habían tenido contacto. Si acaso
alguna mirada furtiva desde la lejanía en estos meses. Meses. A él le parecían
horas y años a la vez, esos meses. Siempre, a la misma hora, ambos coincidían
en la lejanía, él con la esperanza intacta de que algún día aquel muro caería.
Y con su valentía, digna del mejor acróbata,
le haría saber sus sentimientos. Pero aún no, todavía estaban cada uno a un
lado de aquella maldita frontera. Aquella línea sin sentido que habían trazado para
separar a hermanos, pretendiendo que una raza, o una religión los hacía
distintos. Él sabía que no era así, que sólo había una raza, la raza humana, y
que si existía algún dios no les querría luchando los unos contra los otros en
su nombre. Él lo sabía, y confiaba en que aquel perfecto desconocido también. Y
confiaba en poder unir sus almas. Aunque también sabía que de momento no era
posible, de momento sólo eran dos ladrillos más en el muro.
Ohh que bueno! Sin quitar los ojos del relato hasta el final...si hubiese durando 1000 palabras más igual...
ResponderEliminarGenial relato.
Buen domingo
Me alegro que te haya atrapado de ese modo, es un gran halago, sin duda :-)
EliminarMuchas gracias por la visita y por tus palabras!
Saludos!
"...solo había una raza, la raza humana..."
ResponderEliminarOjalá todos pensaran lo mismo, cambiarían tantas cosas...
Precioso relato.
Un abrazo
Pues sí, viviríamos mucho más tranquilos, sin duda...
EliminarMe alegra que te haya gustado la historia :-)
Saludos!
Me ha erncantado
ResponderEliminarMuchas gracias Anya :-)
EliminarSaludos!
Ha sido genial, Ramón. No me extraña que no tengas demasiadas musas. Porque cada vez que escribes, lo sigues bordando.
ResponderEliminarEn cuanto a "estar a cada lado", es increíble las historias de personas separadas por un muro, verdad? hermanos, padres-hijos, amores, perfectos desconocidos...
Gracias por seguir escribiendo. Besucos. ;-)
Muchas gracias, amiga mia, se hace lo que se puede :-)
EliminarPues sí, los maldtios muros, reales o culturales, que hacen tantas divisiones absurdas...
Gracias a ti por seguir leyendo ;-)
Besicos!
Desde luego, es una gran reflexión y una esperanza que todos tenemos: la desaparición de las fronteras de cualquier tipo.
ResponderEliminarGracias, Ramón por compartir tu micro.
Un saludo.
¡¡¡Qué bueno!!!
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